Repitiendo la fórmula con un poco de misterio.
Lo que había sido el lanzamiento anterior de Stream: the TV serie, es ahora una pálida y simpática secuela donde se explora más el pasado de Emma Duval (Willa Fitzgerald), que para esta ocasión se convierte en personaje con rabia, con despecho, amores, agallas y el deseo de una vida normal; se expone como un personaje con patentes secuelas psicológicas que debe lidiar con un nuevo asesino en serie, probablemente el "cómplice" de Piper tras su muerte. Por esta razón, esencial como sustento narrativo de la segunda temporada, Emma se mantiene alerta a cualquier señal de peligro al mismo tiempo que debe proteger a sus seres queridos, enfrentar y aceptar a sus fantasmas del pasado, estar con sus amigos y definir su destino.
También está de vuelta el Departamento de Policía, una nueva ola de asesinatos y un nuevo misterio que resolver: ¿Quién es realmente GhostFace? De nueva cuenta tenemos a los estudiantes, el departamento incapaz de parar los crímenes y...todo lo visto en la primera temporada.
No puedo negar que profundizar en la psique y los traumas de Emma, como único y posible pedestal de una serie con mucho material, resulte tentador, atractivo y nos mantenga al borde del asiento, mientras los segundos se convierten en minutos y los minutos horas, cuando nuestra mente vuela de personaje en personaje intentando predecir quién es el villano en turno. Y aunque es un poco impredecible cuando la verdad sale a la luz, también es cierto que la trama no tiene el impacto de la primera parte por un simple motivo: la parquedad en el elenco secundario.
Si bien Noah Foster (John Karna) y Audrey Jensen (Bex Taylor Claus) cumplen y sus personalidades se definen correctamente dentro del arco dramático, por momentos lucen como meras piezas de ajedrez, siendo un claro ejemplo de esto (con sus divertidas escenas, desde luego) Zoey Vaughn (Kiana Ledé), cuyo giro dramático es bastante lógico cuando llega.
Mucho puede hablarse del tono que lleva esta segunda temporada, muy apegado a la idea detectivesca de un grupo de chicos ordinarios embadurnados por experiencias inusuales que, sin pretenderlo, se ven nuevamente inmersos en el juego del gato y el ratón, dando pie a situaciones que deberían parecerles evidentes pero que, con un halo de inocencia, no son para ellos algo palmario hasta que es demasiado tarde. Scream, temporada dos está pensada al estilo Holmes, se encuentra muy situada en el marco de películas de terror clásicas, espacio donde encontramos una de sus varias virtudes: la capacidad de "romper la cuarta pared" sin hacerlo realmente.
Así, jugando con el tono, metiendo un poco de misterio sesgado al pasado de Emma tenemos, pues, esta segunda temporada que no pierde el tiempo con elementos introductorios y da rienda suelta al terror, envistiendo en varios personajes ese mensaje de que tu pasado te puede convertir en tu propio monstruo. Personalmente encuentro un desperdicio en la pelea intelectual entre el asesino y Noah, pues a diferencia del resto, éste posee ese conocimiento técnico que lo convierte en un "experto" cuando de comprender la mente del asesino se trata. La vulnerabilidad está presente y Emma circula este terreno, desenvolviéndose bien y posicionándose en la mirada punitiva de todo aquel que la rodea. Porque al final, y para el resto de sus compañeras, ella es una extraña sobreviviente que tal vez no está preparada aún para regresar a su vida, a su hogar.
Si para la primera parte se reservó el papel de villano para Piper Shay (una guapa y cumplidora Amelia Rose Blaire), para esta segunda temporada contar con Kieran Wilcox (Amadeus Serafín) para este rol es una jugada parcialmente inteligente y poco deseada. Lo creo así porque realmente le compré la faceta de héroe galán, pero escogerlo de villano lo hace un personaje más íntimo: ya conociéndolo un poco en la temporada uno, empatizamos con él, con su pasado y sus ganas de estar con Emma, para que, llegado el momento, se transforme en quien "debía ser".
Si para la primera parte se reservó el papel de villano para Piper Shay (una guapa y cumplidora Amelia Rose Blaire), para esta segunda temporada contar con Kieran Wilcox (Amadeus Serafín) para este rol es una jugada parcialmente inteligente y poco deseada. Lo creo así porque realmente le compré la faceta de héroe galán, pero escogerlo de villano lo hace un personaje más íntimo: ya conociéndolo un poco en la temporada uno, empatizamos con él, con su pasado y sus ganas de estar con Emma, para que, llegado el momento, se transforme en quien "debía ser".
Fuera de este giro y del evidente final que abría (¿o abre?) paso a una tercera temporada, estamos en el mismo barco que promete la misma clase de emoción, pocas novedades aunque con una formidable fotografía y la legendaria presencia del director de la franquicia original: Wes Craven. No diré que Stream como producto televisivo no es entretenido, porque sí lo es, pero no sube la expectativa a niveles inesperados, y contando su capítulo final, que parece más una película extensiva que un especial de Halloween por la integración de elementos y situaciones propios del cine que de una serie, la emoción no abandona la serie, los personajes están más unidos que nunca y GhostFace sigue vivo, esta vez de la mano del personaje que, acorde a la mitología del tema, lo inició todo: Brandon James.
¿Habrá tercera temporada? De ser así, ¿qué temas serían explorados? ¿Encontraría Emma la paz?
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