Un día un anuncio de autos ofrecía un mensaje básico a quienes se quedaran contemplándolo: “mejora tu tiempo y rutina comprando este auto FORD Focus 2010 -nótese la fecha...- que posee nuevas comodidades y ventajas para que rindas más y seas la envidia de muchos”. No obstante, el anuncio iba así: “Nuevo FORD POCUS, estrénalo, 300 caballos de fuerza y motor resistente, llévalo donde quieras, hazlo tuyo, nuevo FORD FOCUS”. Tomando como referencia un libro del autor Marcuse, partí de su capítulo “La Sociedad Unidimensional” para analizar cómo el hombre ha sido “industrializado” dentro de un ambiente supuestamente social, es entonces que ésta lo ha totalizado, o así nos da a entender el texto. La interpretación que aquí puede recogerse es que, al comprar el auto, (objeto en cuestión comercial), serás más feliz y mejorarás tu vida, además de ser la envidia de los que te rodean.
Desde luego la vida cotidiana nos exige, prácticamente todo el tiempo, estar al tanto de los avances tecnológicos, sociales y empresariales de los que nos rodeamos continuamente; una sutil forma de señalar y advertir que, el "no estar a la moda", puede generar retroceso en un aparente proceso evolutivo de corte social. Hablar ya de una identidad casi sale sobrando, cuando todo movimiento, toda interacción es a través de cualquier dispositivo electrónico -adviértase la ironía-. Una situación interesante dado que, en lugar de avanzar, estamos retrocediendo o permaneciendo en un limbo. Para la filosofía francesa, y la americana, un hecho es evidente: el ser humano ha perdido su esencia (juicio de muerte) en un mundo tecnológico que lo subyuga a cada minuto.
Ahora bien, ¿dónde ha quedado el hombre de entre toda esta naturaleza cambiante?, ¿adónde irá a parar?, citando a Marcuse: “El impacto del progreso convierte a la Razón en sumisión a los hechos de la vida y la capacidad dinámica de producir más y mayores hechos de la misma especie de vida”.
Creo que conviene detenerse en la parte de, ¿realmente necesitamos todo lo que nos rodea para poder ser? Aun cuando la sociedad dictamine esta clase de reglas indirectamente pero no por ello menos demandante, es bastante curioso, además de interesante, la forma como las demandas van creciendo a medida que la sociedad, biológicamente hablando, se va construyendo con el paso del tiempo.
Si el ejemplo en este contexto es el carro último modelo, en cinco o 10 años ¿qué será? No podemos supeditarnos, como seres sociales e individuales, a las exigencias de una sociedad telecomunicativa que está en vías de implementar nuevas y más estrategias que mejorarán nuestra existencia. El sentido es el progreso ¿realmente lo hay? Hay que revisarlo, y si es necesario, reformulemos el camino hacia nuestro crecimiento, hacia la esencia de nuestra humanidad.
Tampoco me convence el ser y hacer de la sociedad en general. Llevo casi 20 años divorciado del mainstream y sus tendencias. Lo que es más, tomé la pirámide Maslow, la violé sistemáticamente y la re-seccioné en tres grandes bloques: Necesidades Fisiológicas (porque vivimos y ni pedo), Necesidades Sociales (porque vivimos en la sociedad y ni pedo) y Cultura. TOOOODOOO lo demás me sobra y zozobra.
ResponderBorrarAlgo sí, pero también tenemos el derecho de elegir entra las opciones. El ser humano todos los días se auto-constituye.
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