Crítica a Unfriended



Unfriended goza de una premisa interesante no muy bien ejecutada. 

Todos hemos experimentado un extraño sentimiento mezcla de curiosidad y desconfianza al momento de agregar un amigo ya sea en Facebook, Skype, Instagram, Twitter y todas las demás redes sociales, una ambivalencia que se traduce en uno de varios sentimientos: o esa persona que agregaremos será una gran amistad a largo plazo, será una persona que no nos agrade del todo, o posiblemente alguien que detestemos. Estas opciones, y quizá algunas más, están presentes al momento de darle "aceptar" a alguien. Desde luego hay puntos medios, pero no los pensamos en el preciso momento de "abrirle la puerta" a esa persona; buscamos conocerla. 

Si de algo goza enormemente Unfriended es de abordar con eficacia ese miedo latente que sentimos ante la fase desconocida de las redes sociales, un sector digital donde no conocemos realmente a la persona al otro lado de la línea, a menos que sea nuestro vecino o un amigo cercano, ese mundo donde sólo somos una imagen con muchos datos. Ésa es una cuestión de fondo, pero Eliminar Amigo va más allá al presentarse dentro del género del terror. 

La película es una arriesgada y novedosa propuesta al género del terror, porque es difícil imaginarse que un mundo tan plano como el de las redes sociales pudiera llegar a ser el pretexto para una pesadilla (¿quién espera morir por culpa de una red social?). En la cinta un grupo de amigos termina siendo acosados por el fantasma de una chica que sufrió acoso social en el pasado. En el aniversario de su muerte, éste regresa y usa como herramienta el Skype para atormentar lentamente a su antiguo grupo de compañeros, entonces su persecución virtual y la revelación de secretos íntimos de los amigos se convierten en el "desarrollo" de esta historia. Fuera de eso, Eliminar Amigo desarrolla con poco éxito esta situación de "terror latente" al centrarse únicamente en el grupo de amigos, sin recurrir a más escenarios que el Skype. La premisa es original al añadirle el tono de terror, también resulta intrigante, y de repente atemorizante, pero al final no genera el espanto esperado cuando termina la cinta y los créditos aparecen. 

Dejemos de lado el ritmo pausado que presenta altibajos de adrenalina para el espectador, por momentos intensos, por momentos sutiles según los "giros" de la historia; dejemos de lado también los estereotipados y agringados personajes que tiene la historia y que pueden funcionar como el ingrediente ideal para una película así, desde sus avances, la cinta prometía un terror como ningún otro, y es fácil pensar así después de consumir la publicidad de la cinta; al final de ésta, sólo se sienten los sustos clásicos con mucho suspenso que sirven como aderezo a la innovación ya mencionada en la película. El problema que encuentro en este filme es que no va más allá de "alguien te acecha en el internet"; la premisa en sí es original, pero su ejecución elemental no la desarrolla.  

Diferenciándose un poco de los avances, el inicio explica con más detalle cómo sucede el suicidio de la verdadera protagonista de la cinta, Laura Barns, estableciendo tan sólo vistazos de su psicología como atormentadora de los demás a grados que ellos no imaginan. Le jugaron una mala broma y ahora busca vengarse. Hasta las caricaturas manejan la fórmula. 

A causa de su ritmo pausado en diversos momentos la tensión aflora un poco, los sustos son buenos pero no son tan escalofriantes; la cinta sí es capaz de mantener al espectador por lo que le pueda pasar a los co-protagonistas mientras ellos tratan de averiguar quién es el culpable de la venganza planeada por el fantasma; uno se pregunta quién inició todo. Vamos, la tensión y la incertidumbre se perciben, y aunque la protagonista es la víctima "acosadora", todo el guión se centra en la perspectiva de Blaire Lily (Shelley Henning), lo que ofrece la oportunidad de vincularse entre personajes fuera de la sensación de "peligro de muerte", pero interesando más al espectador a cada instante. 

Al estar bien dirigida, el problema recae, ya lo dije, en el guión. Uno puede sentir la empatía, las ganas de ayudar al grupo de amigos a escapar del fantasma que los acosa. Los sustos se sienten y no sabes qué más puede pasar fuera de la muerte de cada personaje, pero al momento de presentar completamente a la víctima acosadora, su pasado por ejemplo, reflejar una psicología más profunda en ella o incluso un final no tan predecible, la película falla. 

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