Crítica a Misión Imposible: Nación secreta



Misión, imposible: Nación Secreta es imperdible. Estelarizan Tom Cruise y Rebecca Ferguson. 

La quinta entrega de la saga protagonizada por Tom Cruise presenta una historia muy buena, una historia que reúne a parte del elenco de la anterior, entre quienes están: Simon Pegg, Jeremy Renner y Ving Rhames. Para este proyecto se suma la imponente y bella Rebecca Ferguson

La historia, que de un modo sigue parte del fundamento de las anteriores, esta vez se centra en el intento de una corporación, conocida como El Sindicato, por desacreditar y desmantelar al FMI como proyecto gubernamental. Con escenas de acción casi sin comparación y un elenco que complementa la presencia de Cruise, esta entrega goza de una narrativa que va y viene. No se me malentienda: la historia es muy buena porque en cada rincón encontramos acción y obstáculos que ingeniosamente son librados por los héroes del filme, así como secuencias que, literalmente, nos mantienen al borde del asiento preocupados por la situación del protagonista, pero también se dan los momentos donde la historia parece detenerse para subir y alcanzar nuevos grados de acción en cuestión de segundos. 

Si bien la visualización de los créditos se mantiene a la altura de otro tipo de producciones, siendo éstos también del género de acción, es claro que el diseño visual y la producción como tal resultan asombrosas. Es en los detalles donde el guión brilla más. Ethan Hunt y sus aliados deben buscar al responsable de liquidar a su equipo y de proteger aquello que los une y que los representa con su país, protegiendo, sea de paso, a los civiles que se ven involucrados. Es aquí donde Rebecca nos deslumbra, nos seduce y nos maravilla con su actuación, logrando imprimirle misterio y profundidad a su personaje de tal manera que siempre esté a un paso adelante de sus adversarios y allegados. Implacable, brillante, segura de sí misma y sensual, atrapa nuestros sentidos y nos hace parte de su jugarreta para dejar atrás a Hunt. 

Otro aspecto que no puede ser descartado o ignorado son los giros de trama, que en gran medida son reforzados por las distintas locaciones en que ésta tiene lugar, pero más allá del diseño de producción, dichos giros acentúan la capacidad y la inteligencia de los personajes para obligarles a sacar lo mejor de sí. Es por esto que en diversas escenas se puede tener la sensación de que se ha llegado al clímax, pero no. La historia engancha, engaña y envuelve, continuando su narrativa sin perder la coherencia. Por eso en parte es tan buena, porque a pesar de los respiros (o el ritmo lento de repente), la historia sube de tono, mantiene sus matices, pero a la altura de la mitología construida en la saga de Misión, imposible. 

Más recomendable para aquellos que hayan seguido de cerca esta saga en particular, o mínimo al género de acción, Misión, Imposible: Nación Secreta vuelve a presumir las dotes de su propuesta y del elenco que la conforma. 

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