Crítica a Whiplash

Whiplash: Música y obsesión es una aventura musical exquisita para todo público.

Sí, estoy de acuerdo en que éste es un filme totalmente envolvente. Francamente no me sorprendió el talento histriónico de J.K. Simmons, pues ya se veía su potencial en la saga de El Hombre Araña dirigida por Sam Raimi (2002-2007). No obstante, sí sorprende el cambio de estilo (como pasó con Brayn Cranston y Hugh Laurie...) y además la forma como profundiza impecablemente en su personaje.

Las buenas historias, en mi opinión, son aquellas que te llegan al alma, a las que das infinitas vueltas en tu mente, las que una y otra vez analizas, las que terminan sorprendiéndote y que al llegar a los créditos finales terminas con una lección de vida (en diversos aspectos funciona igual en Pérdida - Gone Girl). Y este tipo de factores son los que encontré en Whiplash. No es necesario ser experto en música, y estoy seguro que este hecho lo tenía presente el director al frente del proyecto.

Yo no conoceré el lenguaje musical de las notas, y aun así la película se siente transparente al mostrar las intenciones y fallas de los personajes; te atrapa, te lleva de la mano, hace que te identifiques con el protagonista, hace que cuestiones sus decisiones pero simultáneamente te sientas a gusto descubriendo cómo libra sus obstáculos, sus éxitos y, sobre todo, la profundidad ética de sus acciones.

Actuaciones impresionantes. Una película entretenida, desafiante, entusiasta, envolvente, atractiva y seductora. Whiplash es muy pero muy recomendable.