Entretenida, emotiva y contundente, El gran pequeño hará llorar a más de una persona.
De inicio, cuando vi los primeros minutos de la película pensé "Ahí vamos de nuevo: La Segunda Guerra Mundial. ¿Qué no es suficiente ya?". Y es que es lógico pensar así, porque películas ambientadas en esa etapa histórica ¡puff!, hay miles. Entonces, por ende, reflexioné "¿Qué nuevo enfoque abordará este filme?", uno muy conmovedor y humano, a decir verdad. Creo que el plus, la propuesta visual de primera mano es la historia, pero de fondo es la enseñanza sobre la fortaleza de espíritu que un ser humano puede tener.
Engancha que el protagonista sea un niño pequeño con un gran corazón. ¿Cuántos no hemos sido así alguna vez? Pensemos en un pequeño que sea inocente, bueno, que persiga una meta y que, además, posea un profundo amor por su familia. He aquí la premisa principal. Si bien algunos críticos señalan que la película tuvo fallas, no explican cuáles fueron éstos, lo que logra que los aciertos resalten más a ojos del espectador; los rostros de elenco familiares; no obstante, a Kevin James no le queda el papel del médico coqueto...
Pepper Busbee efectivamente se lleva la conmoción, la alegría, la ternura y la valentía que esta película representa. Y para los que somos sensibles, la escena de la exequia simplemente aniquila. Más de cinco personas en la sala se sonaron la nariz...
Uno de los "peros" es que el filme se apoya demasiado en temas religiosos, y para quienes sean ateos, esto será un dolor de muelas constante.
Si quieren ver una película cuyo contexto sea uno trillado pero con una historia cuya meta es otra; a saber, una trama de amor y esperanza, "El gran pequeño" es la opción.
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