Análisis Crítico a El Canto del Cuco



Una historia que cumple y que dejará satisfechos a los fans del género del crimen. 

Recuerdo mucho que a mitad de carrera, cuando estaba enfrascado y concentrado en mi tesina (que no es lo mismo que la Tesis) sobre Nietzsche y su famoso superhombre, le contaba al que entonces era mi asesor que estaba haciendo una novela que se apegaba al género del crimen, misma novela en la que sigo trabajando y que pronto espero publicar... Él me decía "Es bueno que pertenezca a ese género, porque nunca pasará de moda, especialmente por un factor importante: la intriga". Y es verdad, o puedo decir que comparto su opinión. La intriga en una historia que combina elementos criminalísticos con toques de suspense y la adecuada dosis de trasfondo siempre es interesante. Lo he aclarado antes e incluso puedo volver a ello: el trasfondo se define como las situaciones del pasado de un personaje que son relevantes en su presente y repercuten en éste. Es en esa misma línea donde el género se mueve. Es un recurso que aprovecha con eficacia, no con eficiencia, El Canto del Cuco, de Galbraith. 

Sí, dejando de lado un poco a la autora, juzguemos la creación y no al creador, por ahora. La historia sigue los pasos de Cormoran Strike cuando el hermano de un viejo amigo le suyo le pide investigar la vida de su hermana adoptiva después de que ésta, aparentemente, terminara suicidándose. Como novela de crimen con aderezo policíaco, no hay más que decir. No obstante, si bien la fórmula narrativa básica la encontramos como columna vertebral (el detective se sumerge tanto en el mundo de la víctima, encuentra al culpable, lo "lleva" ante las autoridades, salva el día protegiendo a todos los que considera pueden apeligrar y recibe su crédito por ello), tenemos un aditivo interesante: personajes secundarios, quienes muestran toda clase de matices e infinidad de situaciones que hablan de una atmósfera misteriosa bastante llamativa. Como escenario de los hechos, al menos para los que vivimos en el continente Americano, sirve a la imaginación el regodearnos con la idea de cómo son aquellos paisajes en Londres de los que tanto se molesta la autora en narrar y describir. Los paisajes, las calles, los jardines, todo un mundo de ensueño. 

Pero lo importante: el desarrollo de la trama. Seguir el paso de Strike por encontrar al culpable, aun a expensas de que nadie lo apoya y de que debe demostrar, a pesar de lo imposible que su labor aparenta ser, que puede cumplir con su trabajo y comprobar que la muerte de la verdadera protagonista de la historia no fue en vano, que realmente hay un crimen, habla de un valor importante: la perseverancia. El creer en nuestras capacidades. Esta cualidad es lo mejor que encontramos en el personaje... En un ángulo secundario tenemos el mundo de la moda, sólo que aquí Jo lo presenta como un elemento que forma pausas, aunque esto en una ocasión, específicamente a mitad del libro, parece más un relleno que un elemento que aporta algo a la trama principal. 

Desde la estética y la fama,  presentar el mundo de la moda como un entorno de problemas, intereses, intenciones ocultas y completa inseguridad se antoja cliché, y puede que varias escenas nos den la sensación de ya haber leído esto en alguna ocasión... (quizá estoy demasiado metido en las películas y por eso siento repetitivos algunos acontecimientos); eso sí, será interesante la forma en que el héroe se adentre en un mundo que no es el suyo y más todavía ver que la manera en que mantiene sus principios, su asertividad y su intelecto; igualmente leemos con claridad la construcción de los demás personajes y el estilo con que Galbraith los desarrolla, los fronteriza y los dota con móviles creíbles de principio a fin.

Ahora bien, algo que vale la pena recalcar, tanto de la escritora como del/la editor/a, serán las descripciones pulcras, deliciosas, elegantes y poderosas. Es muy evidente en el libro cuando nos encontramos con la asombrosa habilidad de la autora por narrar y construir un mundo de intriga, misterio y elegancia, así como su destreza al introducirnos en los pensamientos, acciones y decisiones de los personajes, decorándolos de justificaciones y matices en poco tiempo, pero también es evidente la edición del libro cuando de describir se trata, pues resulta muy transparente el intento de españolizar un lenguaje europeo (¿o es que acaso podemos establecer reglas fijas para los idiomas?), en términos de los demás sitios donde se promociona y vende el libro, además del esfuerzo por sublimar detalles o situaciones que son simples de mencionar para ubicar al lector en una temporalidad específica; esto puede causar ruido a aquellos que sean(mos) muy estrictos con el lenguaje. A reserva de esto, la novela es realmente interesante, y si bien pierde fuerza -la intensidad del misterio- en algunas escenas, realmente atrapa gracias al carisma que Strike muestra al superar los obstáculos. Un gran acierto en el género del crimen policíaco. 

¿Fallas? Sí, la perseverancia de Strike será, junto a su inteligencia, su mejor atributo, pero más allá de sus decisiones y ser el equilibrio en un universo de intriga, mentiras y asesinatos, es la dosis moralista necesaria, no obstante, poco se preocupa la autora por describir su lado oscuro, dejándolo en un personaje poco más que "bidimensional", ya que su trasfondo apenas y se esboza; además de los obvios intentos ornamentales arriba descritos, en algunos casos la edición distrae, la puntuación no está completamente cuidada, y los nombres de algunos personajes están mal escritos, lo que indica que el/la editor/a no se tomó el tiempo suficiente de revisar el libro antes de enviarlo a publicar ¿o acaso habrá sido error de traducción o presión económica? Como sea, la historia cumple como thriller y dejará más que satisfechos a los amantes de este famoso género dentro de la historia. 

Lo conmovedor, el epílogo. 

1 comentario:

  1. No puedo asegurar exactamente en qué radican esas fallas de traducción porque desconozco tanto el libro como sus versiones en ambos idiomas. Pero puedo jalarte las orejas por desterrar al español como lengua europea cuando de origen es Europa el continente que gestó dicha lengua. La nuestra es una derivación producto del expansionismo imperialista.

    Tampoco sé si en efecto la historia se desarrolle en una época específica, luego entonces hay palabras términos y jergas que subrayan su procedencia temporal dentro de la historia, pero más acentuado desde su autoría.

    Se ve interesante, y si de algo puedo asegurar esta señora 'peca' en su escritura, es de presentar las acciones con un carácter muy visual.

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