Bajo la dirección del realizador de Prisoners, Sicario se convierte en una extraordinaria cinta de suspense que debe ser vista.
Todo autor es "hijo de su época". Y con "autor" puedo estar hablando tanto de escritores (novelas o guiones) o bien directores (el productor se encuentra en un punto medio ¿o no?). Así pues, al ser todo autor generalmente un "reflejo" de su tiempo y cultura, es inevitable que en su pensar y actuar se perciba influencia de lo que ha vivido, leído o escuchado.
También está el caso de aquellos que no han vivido una situación determinada pero que pueden sentirse identificados o inspirados para hablar de la misma desde su propia óptica a partir del "boca en boca". Entonces, la "época" a la que aquí aludimos es donde se presenta una de tantas dificultades socio-políticas por las que nuestro país atraviesa: el narcotráfico. Un problema que, por extensión, genera inseguridad, desestabilidad y que incluso es capaz de retar a la condición humana en pos de su lado oscuro, con o sin motivaciones justificadas.
Denis Villeneuve aborda así una problemática actual delicada, situación que no es enfrentada abiertamente en otros medios. Aquí lo más importante de la cinta es la honestidad y la crudeza con que el director retrata el problema socio-político que circula terriblemente en diversos sitios de la República. Pero además de la honestidad con que lo expone, presenta a su favor personajes bien delineados, profundos y sólidos, y son éstos ("liderados" por Benicio del Toro y Emily Blunt) los que más nos enganchan al filme, cuya narrativa es asombrosamente clara.
Todo esto resulta en un enorme acierto, pues hay casos de series o películas que intentan abordar problemáticas actuales (de menor o mayor peso que la que aquí se cuenta) pero cuyo lenguaje carece de claridad, impidiéndole al espectador sentir empatía o comprensión por lo que le cuentan. Aquí Villeneuve no teme expresarlo y, más todavía, lo hace con elegancia. Incluso presume una claridad visual (en otras palabras, excelente fotografía en cada escena) que podría ser la envidia de muchos otros filmes que no siempre se muestran a la altura de lo que pretenden.
La música es formidable, aunque hay momentos, en el acto I y el III específicamente, donde se percibe tal intensidad que parece un apartado musical más orientado a una cinta de terror que a una de suspense como ésta. Este factor es acompañado por el choque o "cúmulo" de algunas escenas generales que provocan tedio al adquirir un ritmo pausado y que dan la impresión de que la cinta se llenará de lentitud cuando al final resulta ser gratamente lo contrario.
Aun con esos pormenores, Tierra de Nadie (Sicario) se muestra como una cinta que no se puede ignorar, sobretodo en estos tiempos.
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