Una excelente historia de amor que, de paso, ofrece interesantes críticas sociales, políticas y religiosas.
Creo que antes que nada, antes que pasar al porqué de esta historia, de lo que trae, de lo que ofrece, de su capacidad de innovación literaria, de lo que poco o grande que adolece y, más todavía, de por qué tengo el honor y el gusto de compartir este análisis, que me ha costado varios meses llevar "a buen puerto", antes considero necesario hablar un poco de su autora Laura Gallego García.
Laura es una escritora española que desde la edad de los 14 años comenzó su carrera literaria, pero no fue sino hasta los 21 años que publicó por vez primera sus obras. Memorias de Idhún no fue la primera, pero a mi juicio sí es la única que aborda temas adultos y que corresponden a un género "serio". Tiene una variedad de cuentos infantiles de corte fantástico, siendo Idhún la historia más cargada de este tono. Es Filóloga por la Universidad de Valencia y en el año de 1999 ganó el premio El Barco de Vapor con la obra Finis Mundi.
Por azares del destino, o gusto de mis allegados, llegó a mí la grandiosa trilogía llamada Memorias de Idhún, una historia que, en mi tercera ocasión de lectura, me ha dejado maravillado en muchos aspectos, aunque con ganas de más, o confundido en otros pocos. Para quienes deseen saber más de la autora, pueden entrar a su página web y explorarla. Cuando llegó Memorias de Idhún: La Resistencia a mis manos por vez primera, no pude evitar maravillarme por su originalidad, misterio y emotivas descripciones por parte de Laura. Algo no muy distinto pasó cuando, casi 8 meses después, logré adquirir la segunda y tercera parte de esta interesante historia.
Laura, si alguna vez llegas a leer esto, quiero que sepas que AMÉ tu historia. Es simplemente maravillosa.
La historia, ya teniendo un panorama general y más claro, no es difícil de entender, pero es necesario verla como un conjunto de pasadizos que van subiendo de niveles lógicos; cada historia está incluida en una más amplia pero conservando su enfoque y congruencia interna. Laura dota a su historia de una simplicidad y complejidad inusuales, que pueden ser gusto de muchos o bien pesadillas en otros casos. La historia tiene lectura en tres niveles diferentes y sorprendentemente claros y congruentes:
a) De forma muuuuy resumida, la historia trata sobre siete dioses, seis "positivos" y uno "negativo" y los primeros desean encontrar al Séptimo, que adopta identidades, para encerrarlo al representar todo lo "negativo" de ellos; al ser un Dios no pueden destruirlo. La Filosofía, específicamente la Ontología, nos dice que la esencia de un Dios es el tiempo, así que, en este sentido, tiene mucho lógica que busquen encerrarlo y no matarlo. Esto de fondo.
b) De forma más detallada la historia sigue siendo la misma, pero cambia un poco. Ahora nos habla de dos seres míticos, un dragón y un unicornio que lucharán contra el "villano" de la historia, llamado Ashran, que ha "esclavizado" Idhún. Ahora, estos peculiares y poderosos personajes deberán enfrentarse a él para destrozar su cuerpo y así liberar al Dios que se esconde tras él.
c) Con todo el detalle del mundo, la historia vuelve a tener otro enfoque: Había una vez un muchacho llamado Jack que conoce, por un accidente al comienzo de la historia, a una chica llamada Victoria, súbitamente se embarcan en una misión, y en su camino se cruzan con un misterioso, peligroso y muy poderoso individuo llamado Kirtash, que busca constantemente al dragón y al unicornio legendarios para matarlos...
b) De forma más detallada la historia sigue siendo la misma, pero cambia un poco. Ahora nos habla de dos seres míticos, un dragón y un unicornio que lucharán contra el "villano" de la historia, llamado Ashran, que ha "esclavizado" Idhún. Ahora, estos peculiares y poderosos personajes deberán enfrentarse a él para destrozar su cuerpo y así liberar al Dios que se esconde tras él.
c) Con todo el detalle del mundo, la historia vuelve a tener otro enfoque: Había una vez un muchacho llamado Jack que conoce, por un accidente al comienzo de la historia, a una chica llamada Victoria, súbitamente se embarcan en una misión, y en su camino se cruzan con un misterioso, peligroso y muy poderoso individuo llamado Kirtash, que busca constantemente al dragón y al unicornio legendarios para matarlos...
La aventura que aquí se propone es muy buena, pero con cada tomo parece que la autora nos dice "¿Qué creen? La historia es más compleja de lo que parecía" o "¿Saben qué? La historia no ha terminado, no han llegado ni a la médula", y ya que la trama es formidable, más por la construcción y definición de sus personajes que por los eventos que ocurren, todo esto queda perdonado. La aventura que se nos narra tiene muchos ejes comunes o familiares que podemos encontrar, no obstante, es la espera de ese clímax que buscamos y no terminamos de procesar, lo que le impide ser una historia perfecta, pero por partes; ya llegaremos ahí.
Parece que muchos autores contemporáneos se empeñan en diseñar historias con tres protagonistas al frente de sus aventuras. En este caso, Memorias de Idhún se centra principalmente en Jack, Victoria y Kirtash (Christian para los amigos o familiares) y, si hemos leído otras novelas o incluso sub-géneros dentro de la narrativa, notamos los parecidos. En su momento fue Harry Potter, Ron Weasley y Hermione Granger, incluso, poco después, tuvimos a Bella Swan, Edward Cullen y Jacob Black; y las coincidencias, en este sentido, no faltan: Katniss Everdeen, Gale Hawthorne y Peeta Mellark. No obstante, a diferencia de los ejemplos aquí mencionados, Idhún no rompe el esquema del trío amoroso con "ella elegirá a uno de los dos" cuando, sorpresiva y lógicamente, se queda con ambos. Es esta simple idea la que, creo, es parte de su innovación en el género del amor, e incluso Victoria se lo dice a Alsan en el tomo 3 Panteón "Puedes odiarme por amar a un shek, por no representar el papel que habías escrito para mí. [...] Tienes rázón, habría sido bonito y perfecto que esto fuera una simple historia de buenos y malos, y que la chica y el chico mataran a la malvada serpiente, salvaran al mundo y fueran felices por siempre" y es algo loable en la historia: no es la típica historia de amor. Además de que el diálogo desafía sutilmente el concepto de la libertad y rol sociales que, por definición, aquí sí tenemos.
Aquí no es Harry luchando contra Ron por Hermione, no es un Jacob (a menos al final) quitándole Bella a Edward, ni un Gale llorando porque Katniss eligió a Peeta ¡no!, es Victoria escogiendo amar a ambos. Y aunque sean universos distantes y completamente diferentes, las semejanzas chocan y pueden hacernos creer que el final será el mismo. No es así, no del todo, y esa moraleja, más las tramas subyacentes, son la gran aportación de esta historia.
Y es que, aunque la historia conserva magistralmente el enfoque sobre el trío protagónico, Kirtash/Christian no es desarrollado sino hasta el segundo tomo. Mientras que con Jack conocemos a un muchacho impulsivo, cariñoso, sociales y leal, con Victoria tenemos a una mujer audaz, determinada, valerosa, amorosa y sensible; Kirtash/Christian simboliza la prudencia, el análisis, la calma y la inteligencia (muy de fondo). En el tomo 1 "La Resistencia" el enfoque narrativo versó sobre Jack y Victoria ayudando a Shail y Alsan (posteriormente llamado Alexander) a encontrar al dragón y al unicornio, únicos seres que pueden derrotar a Ashran. Sin embargo, puede que haya quienes sean más suspicaces y analíticos que yo, pues lo que me tomó 3 veces vislumbrar, otros seguro lo entenderán a la primera: ¿Por qué acabar con Ashran? ¿Quién es él? En el tomo 2 la historia se estira y nos dicen que "Descubrimos que Jack y Victoria eran los personajes que ellos mismos buscaban, ahora con ayuda de Kirtash, cruzarán la Puerta Interdimensional e irán a Idhún, para traer esperanzas a los pueblos y convencerlos de que el bien triunfa sobre el mal". Pero ¿es tan plana la historia? ¿Tan...sencilla? No, y me alegro. En el tomo 1 la historia da sutiles giros y nos percatamos de que Victoria termina enamorada tanto de Jack como de "Christian", se da cuenta de que ya sólo actúa conforme a sus sentimientos y pasa a ser, no tan literal, la "manzana de la discordia". Laura dispersa así las migas de bases que constituyen el argumento de fondo para sus dos secuelas, (Jack, Victoria, Alsan, Shail, Allegra y muchos más, se unen a Kirtash para viajar a Idhún, el mundo en que sus contrapartes sobrenaturales nacieron), en el tomo 2 las relación en el trío es profundizada, con aciertos y errores.
Mientras que en el libro 1 la historia es particularmente sucinta, en el dos es a propósito extensa. Viven muchas aventuras, personajes importantes aparecen, algunos caen, otros ganan batallas, pero más que nada la relación del trío se fortalece. Conocemos más al enigmático Christian y nos damos cuenta de que, sí, efectivamente es un personaje complejo, pero antes es misterioso; puede haber personajes complejos pero que no resultan siempre una sombra. En el tomo dos "Tríada" sus lazos son puestos a prueba; Ashran es presentado como un sujeto inteligente, paciente y calculador; se toma su tiempo para estudiar a los personajes que habrán de vencerlo, no obstante, en ningún momento se nos indica que sienta miedo, al contrario, nos dicen que siente curiosidad por ello. Será en la escena de Picos de Fuego donde las cosas den un giro inesperado y la historia tome otro cariz. Jack deja de aparecer, de momento, y conocemos el lado oscuro de Victoria; aquí Laura Gallego realmente se luce, al presentar la oscuridad y el verdadero poder de Victoria cuando ésta cree que ha perdido a Jack. Es impresionante cómo lo narra.
Mientras que con Kirtash/Christian tenemos, ya lo expusimos, un personaje complejo e impasible, con Victoria nos encontramos ante una implacable mujer que defenderá con todo a sus seres queridos, y aunque al principio daba la impresión de querer más a Kirtash que a Jack, al final nos queda claro que los ama a ambos, diferentemente. Tríada adolece de detalles y presenta una variante analítica en el destino de sus protagonistas: "La profecía nos dice lo que debemos de hacer, no cuándo ni cómo". Aquí uno puede pensar "Es casi como exigirle respuestas a una guía o un manual" cuando debemos entender que son meras sugerencias y no reglas a seguir con detalle.
Los personajes evolucionan claramente, no obstante y como en el cine, son sus matices, es el cómo enfrentan sus diversos conflictos y, por momentos, tienden a coincidir, lo que agrega un sabor más a la historia. El aspecto de la desconfianza, el temor a lo desconocido, si se es capaz de amar a pesar del pasado, de los errores, hasta qué punto somos una raza egoísta y aprovechada son algunas de las críticas sociales en la novela, efectuadas especialmente por Kirtash y Sheziss, después conocida como Shizuko. Personajes como Allegra, Zaizei o incluso Ha-Din resultarán ser personajes secundarios pero esenciales como soporte moral de los protagonistas.
A principios del tomo 2 Christian le habla a Victoria de su concepto de amor, y ahí radica otra de las aportaciones de esta obra a la literatura en general: le habla del concepto de lealtad y fidelidad. Mientras que la lealtad es emocional e incondicional, la fidelidad es meramente carnal. Más aún el diseño y la inclusión de personajes como Gaedalu aportan interesantes reflexiones sociales a nuestra cultura: Si hombres y mujeres pudiéramos ser capaces de ver, literalmente, en los ojos de nuestro ser amado, el amor que nos profesa ¿seguiría habiendo celos? ¿Se mantendría la inseguridad? ¿Cómo sería el amor si sólo hubiera certeza? ¿Puede el tiempo curar el odio, el rencor? ¿Superar las pérdidas? Creo que no habría infidelidad, o el concepto definitivamente no existiría. El personaje de Christian constantemente desafía esta noción, y en el libro 3 lo deja más que claro.
A principios del tomo 2 Christian le habla a Victoria de su concepto de amor, y ahí radica otra de las aportaciones de esta obra a la literatura en general: le habla del concepto de lealtad y fidelidad. Mientras que la lealtad es emocional e incondicional, la fidelidad es meramente carnal. Más aún el diseño y la inclusión de personajes como Gaedalu aportan interesantes reflexiones sociales a nuestra cultura: Si hombres y mujeres pudiéramos ser capaces de ver, literalmente, en los ojos de nuestro ser amado, el amor que nos profesa ¿seguiría habiendo celos? ¿Se mantendría la inseguridad? ¿Cómo sería el amor si sólo hubiera certeza? ¿Puede el tiempo curar el odio, el rencor? ¿Superar las pérdidas? Creo que no habría infidelidad, o el concepto definitivamente no existiría. El personaje de Christian constantemente desafía esta noción, y en el libro 3 lo deja más que claro.
Es espectacular, porque nuestros personajes no son completamente humanos, y sin embargo, obviamente Laura los presenta con cualidades humanas para sentirnos identificados con ellos, sin embargo, el asunto no acaba ahí. La historia de amor, aunque no es el núcleo de la historia, sí es una constante; tenemos la voluntad de Victoria, los celos e inseguridad de Jack y la indiferencia de Christian. ¿A poco no es un "cuadro perfecto"? Victoria será esa mujer que lucha por los que ama, mientras que Jack carga con nuestros defectos humanos pero también con las mejores cualidades que se pueden poseer: la inseguridad, la nobleza, la valentía, la impulsividad; Christian será ese personaje que respeta, ama incondicionalmente, se arriesga por sus seres queridos y, más que inteligente, es propio y rebuscado. Su pensamiento es complejo, sí, porque es analítico, reflexivo. "Si los dragones dejan de existir ¿qué sentido tendría nuestro odio?" se llega a plantear. Pero no sólo eso. Ejemplos de diálogos exagerados "Eso carece de importancia". ¿No es más sencillo decir "Eso no importa"?, o, en el tercer libro "No me ha parecido un dato relevante" cuando pudo decir "Da igual". Sí, tiene otros diálogos muy ingeniosos, como el "Se supone que creo en la profecía, porque traté de mataros para evitar que se cumpliera; se supone que no creo porque intenté evitarla, y eso quiere decir que no pienso que sea inevitable. Y, si no es inevitable, es una posibilidad, no una certeza. Por tanto, no es una profecía." Éste es un buen ejemplo de la complejidad del pensamiento de Christian/Kirtash. Es inteligente, en el fondo, porque analiza y conecta ideas relativamente fácil, pero también es propio y rebuscado.
En el tema del amor y de cómo nosotros los humanos vemos las historias, Christian se sincera con Jack y le hace ver sus errores, lo invita a madurar "[...] lo único que quiero que entiendas es que, hablando en los términos de la cultura en la que te has criado, ella es mi novia y tú estás con ella porque yo te lo permito". "Sé que vienes de un modo con reglas muy distintas, en el que es más importante lo que es socialmente correcto, lo que es socialmente aceptado, que los verdaderos sentimientos de cada uno". Y es verdad, ahí radica otra de las críticas sociales a la humanidad: ¿Cuántas cosas las hacemos por deber y no por voluntad? Es una enseñanza de este personaje: el amor debe ser libre, fluir y aceptar los cursos de la vida. Cuando el amor y el compromiso se acepten de un modo espontáneo y auténtico, avanzaremos como sociedad. Como le dice a Jack "Ya no hablamos de Victoria, sino de ti. Decide lo que quieres para ti, porque no se trata de lo que haces ahora sino de lo que harás siempre, de ahora en adelante. Has tenido dos años para sopesar las ventajas y los inconvenientes de esta relación. Así que decide, Jack, o lo tomas o lo dejas, pero por una vez en tu vida, no te precipites".
Con el personaje de Alsan, eficazmente descrito por el Venerable Ha-Din, nos hallamos ante un personaje cuya psicología se basa en el seguimiento de las reglas, de la moral, de lo que significa ser un rey firme y seguro, sin importar si los sentimientos, los deseos y las esperanzas individuales son más grandes, no deben estar por encima de lo que es correcto. Aquí da la impresión de que Laura manifiesta con este personaje el consejo de quitarnos la idea de ver la vida y el destino como blanco/negro cuando la vida es más compleja que sólo tener polos opuestos. La filosofía, específicamente la axiología (ciencia que estudia el concepto del "valor") nos lleva a reflexionar que la moral es más que sólo determinar si algo es bueno o malo. Por lo tanto, es la circunstancia lo que "obliga" a una persona a decidirse por una u otra consecuencia, cuando ésta a ojos de otros resulte benéfica o perjudicial.
Ahora bien, la historia de amor está perfectamente bien construida. En todo momento sentimos, con ayuda de las magníficas descripciones de la autora, las metáforas que emplea para cualificar y cuantificar el amor que Victoria siente por Jack y Christian. El desempeño individual y la forma en que Alsan ve el mundo de Idhún, "un mundo perfecto sin las serpientes (el mal)" nos da una idea de los propósitos que tenemos todos, de un mundo mejor y sin esto y aquello. Pero, como en los libros, también la vida real nos enseña que bien/mal, orden/caos, están entrelazados y son uno solo, en todo momento. Incluso Victoria se lo revela a Zaizei "Creí que el amor podría superar cualquier adversidad".
No obstante, entre la "desaparición" de Jack y la tozuda búsqueda de Alsan, Covan y la Venerable Gaedalu tenemos, si unimos ambas situaciones, la crítica religiosa que, aunque no es constante, es breve, directa y sólida:
a) Un Dios, por definición, es grande y poderoso. ¿Por qué, entonces, habría de fijarse en una especie imperfecta y pequeña como la humana?
b) Un Dios tiene la "vaga" impresión de nuestra existencia, pero en el fondo, no somos nada para él; nos ignora a propósito.
c) Si un Dios nos crea con un propósito específico ¿hay o no lugar para nuestra libertad? ¿Tenemos acaso libre albedrío?
d) ¿Tener un destino significará, acaso, asumir [aceptar] la idea de que una entidad divina, o varias si las hay, controla nuestra vida a su antojo? ¿Qué somos para un Dios, al final?
Y Jack expone que la fe no necesariamente puede ser encauzada o "dirigida" a un ser superior, sino que se puede traducir en la esperanza que depositamos en nuestros seres queridos y pienso que esa forma de pensar es posible e incluso aceptable. La religión es una forma de vida y, para bien o mal, está impregnada de matices éticos. Habrá quienes no crean en un Dios pero pueden creer en la capacidad de quienes los rodean o, incluso, en ellos mismos. Creer o no creer es cosa de cada individuo. No pretendo que nadie pierda la fe en su respectiva religión, sólo compartir la reflexión que la crítica religiosa de esta historia propone.
Otro aspecto favorecedor es que la historia está plagada de diálogos humorísticos auténticos; estos momentos jamás se sienten artificiales y contribuyen a fortalecer la química de los protagonistas. Este ingrediente narrativo es más evidente en el tomo 3 Panteón, donde Jack y Christian se molestan continuamente. Es muy divertido y se nota que Laura tiene chispa para la comedia.
Sin embargo, su formidable y original historia de amor llena de reveses, suspense, mitología, aventura y misterio, cuenta con fallas: en muchos momentos de la historia se percibe la "voz" de Laura opinando sobre los acontecimientos del libro, y eso es malo; el autor debe ser siempre una voz neutral en sus obras y nunca dar la impresión de que influye directamente en ellas, detalle que se percibe muchas veces. Además de esto, el personaje de Yaren resulta ser una inclusión completamente absurda, innecesaria, y no sé ustedes, pero yo lo odié; obtuvo lo que se buscó. Y finalmente, el otro gran defecto es su desenlace, que resulta anticlimático por donde se le vea. Un libro de 920 páginas que promete un final como ningún otro, un enfrentamiento sin precedentes, y que termina de una forma apenas coherente... No lo sé. Son esos fallos los que impiden que la historia sea perfecta.
Con todo lo bueno y lo poco de malo que puede tener, Memorias de Idhún es una trilogía fascinante, intensa, emocionante, cautivadora, sutil, elegante, con sus críticas como un aderezo ante un platillo delicioso en sí mismo; esta historia, más por la psicología de sus personajes que por la trama, se convierte en una de mis favoritas, altamente recomendable, si la encuentran en librerías. Mucho me habría gustado ver la historia en la pantalla grande, pero como Laura ha comentado en su sitio web, la labor de adaptar una muy extensa historia sería una pesadilla para cualquier guionista, productor y director. Considerando el medianamente aceptable trabajo de Steve Kloves con Harry Potter, quizá lo más prudente fuera una adaptación para televisión ¿por qué no? Si La Brújula Dorada va para allá ¿por qué no permites esto Laura? Tienes un talento impresionante y aprendí mucho de tu estilo. Te agradezco el haber creado este universo maravilloso, también yo publicaré muy pronto mis historias. Gracias por permitirme ser Idhunita.
¡Brindo por Erick, Lune, Kareth!
En el tema del amor y de cómo nosotros los humanos vemos las historias, Christian se sincera con Jack y le hace ver sus errores, lo invita a madurar "[...] lo único que quiero que entiendas es que, hablando en los términos de la cultura en la que te has criado, ella es mi novia y tú estás con ella porque yo te lo permito". "Sé que vienes de un modo con reglas muy distintas, en el que es más importante lo que es socialmente correcto, lo que es socialmente aceptado, que los verdaderos sentimientos de cada uno". Y es verdad, ahí radica otra de las críticas sociales a la humanidad: ¿Cuántas cosas las hacemos por deber y no por voluntad? Es una enseñanza de este personaje: el amor debe ser libre, fluir y aceptar los cursos de la vida. Cuando el amor y el compromiso se acepten de un modo espontáneo y auténtico, avanzaremos como sociedad. Como le dice a Jack "Ya no hablamos de Victoria, sino de ti. Decide lo que quieres para ti, porque no se trata de lo que haces ahora sino de lo que harás siempre, de ahora en adelante. Has tenido dos años para sopesar las ventajas y los inconvenientes de esta relación. Así que decide, Jack, o lo tomas o lo dejas, pero por una vez en tu vida, no te precipites".
Con el personaje de Alsan, eficazmente descrito por el Venerable Ha-Din, nos hallamos ante un personaje cuya psicología se basa en el seguimiento de las reglas, de la moral, de lo que significa ser un rey firme y seguro, sin importar si los sentimientos, los deseos y las esperanzas individuales son más grandes, no deben estar por encima de lo que es correcto. Aquí da la impresión de que Laura manifiesta con este personaje el consejo de quitarnos la idea de ver la vida y el destino como blanco/negro cuando la vida es más compleja que sólo tener polos opuestos. La filosofía, específicamente la axiología (ciencia que estudia el concepto del "valor") nos lleva a reflexionar que la moral es más que sólo determinar si algo es bueno o malo. Por lo tanto, es la circunstancia lo que "obliga" a una persona a decidirse por una u otra consecuencia, cuando ésta a ojos de otros resulte benéfica o perjudicial.
Ahora bien, la historia de amor está perfectamente bien construida. En todo momento sentimos, con ayuda de las magníficas descripciones de la autora, las metáforas que emplea para cualificar y cuantificar el amor que Victoria siente por Jack y Christian. El desempeño individual y la forma en que Alsan ve el mundo de Idhún, "un mundo perfecto sin las serpientes (el mal)" nos da una idea de los propósitos que tenemos todos, de un mundo mejor y sin esto y aquello. Pero, como en los libros, también la vida real nos enseña que bien/mal, orden/caos, están entrelazados y son uno solo, en todo momento. Incluso Victoria se lo revela a Zaizei "Creí que el amor podría superar cualquier adversidad".
No obstante, entre la "desaparición" de Jack y la tozuda búsqueda de Alsan, Covan y la Venerable Gaedalu tenemos, si unimos ambas situaciones, la crítica religiosa que, aunque no es constante, es breve, directa y sólida:
a) Un Dios, por definición, es grande y poderoso. ¿Por qué, entonces, habría de fijarse en una especie imperfecta y pequeña como la humana?
b) Un Dios tiene la "vaga" impresión de nuestra existencia, pero en el fondo, no somos nada para él; nos ignora a propósito.
c) Si un Dios nos crea con un propósito específico ¿hay o no lugar para nuestra libertad? ¿Tenemos acaso libre albedrío?
d) ¿Tener un destino significará, acaso, asumir [aceptar] la idea de que una entidad divina, o varias si las hay, controla nuestra vida a su antojo? ¿Qué somos para un Dios, al final?
Y Jack expone que la fe no necesariamente puede ser encauzada o "dirigida" a un ser superior, sino que se puede traducir en la esperanza que depositamos en nuestros seres queridos y pienso que esa forma de pensar es posible e incluso aceptable. La religión es una forma de vida y, para bien o mal, está impregnada de matices éticos. Habrá quienes no crean en un Dios pero pueden creer en la capacidad de quienes los rodean o, incluso, en ellos mismos. Creer o no creer es cosa de cada individuo. No pretendo que nadie pierda la fe en su respectiva religión, sólo compartir la reflexión que la crítica religiosa de esta historia propone.
Otro aspecto favorecedor es que la historia está plagada de diálogos humorísticos auténticos; estos momentos jamás se sienten artificiales y contribuyen a fortalecer la química de los protagonistas. Este ingrediente narrativo es más evidente en el tomo 3 Panteón, donde Jack y Christian se molestan continuamente. Es muy divertido y se nota que Laura tiene chispa para la comedia.
Sin embargo, su formidable y original historia de amor llena de reveses, suspense, mitología, aventura y misterio, cuenta con fallas: en muchos momentos de la historia se percibe la "voz" de Laura opinando sobre los acontecimientos del libro, y eso es malo; el autor debe ser siempre una voz neutral en sus obras y nunca dar la impresión de que influye directamente en ellas, detalle que se percibe muchas veces. Además de esto, el personaje de Yaren resulta ser una inclusión completamente absurda, innecesaria, y no sé ustedes, pero yo lo odié; obtuvo lo que se buscó. Y finalmente, el otro gran defecto es su desenlace, que resulta anticlimático por donde se le vea. Un libro de 920 páginas que promete un final como ningún otro, un enfrentamiento sin precedentes, y que termina de una forma apenas coherente... No lo sé. Son esos fallos los que impiden que la historia sea perfecta.
Con todo lo bueno y lo poco de malo que puede tener, Memorias de Idhún es una trilogía fascinante, intensa, emocionante, cautivadora, sutil, elegante, con sus críticas como un aderezo ante un platillo delicioso en sí mismo; esta historia, más por la psicología de sus personajes que por la trama, se convierte en una de mis favoritas, altamente recomendable, si la encuentran en librerías. Mucho me habría gustado ver la historia en la pantalla grande, pero como Laura ha comentado en su sitio web, la labor de adaptar una muy extensa historia sería una pesadilla para cualquier guionista, productor y director. Considerando el medianamente aceptable trabajo de Steve Kloves con Harry Potter, quizá lo más prudente fuera una adaptación para televisión ¿por qué no? Si La Brújula Dorada va para allá ¿por qué no permites esto Laura? Tienes un talento impresionante y aprendí mucho de tu estilo. Te agradezco el haber creado este universo maravilloso, también yo publicaré muy pronto mis historias. Gracias por permitirme ser Idhunita.
¡Brindo por Erick, Lune, Kareth!
Memorias de Idhún: La Resistencia, es el principio de una gran saga.
ResponderBorrarEl libro inicia en el momento en el que Jack de 13 años al llegar a su casa se da cuenta que dos hombres han asesinado a sus padres y ahora lo quieres matar, pero es salvado por Shail y Alsan unos jóvenes, estos mismos lo llevan a otra dimensión llamada Limbad. En ese universo paralelo descubre porque trataron de asesinarlo, con forme avanza la historia se hace amigo de Victoria y eventualmente forma la Resistencia quienes luchan contra un malvado nigromante que reina en Idhún.
Aunque es un libro enfocado a un público adolescente, lo recomiendo para cualquier edad. Básicamente es una historia de Magia, Fantasía y Aventura, con muchos aspectos positivos.
Laura Gallego logró realizar una gran obra.
Ahora
Me gustaría contestar tus preguntas:
a) Un Dios, por definición, es grande y poderoso. ¿Por qué, entonces, habría de fijarse en una especie imperfecta y pequeña como la humana?
-RESPUESTA:
Porque la voluntad de los humanos esta por encima de cualquier consideración divina.
b) Un Dios tiene la "vaga" impresión de nuestra existencia, pero en el fondo, no somos nada para él; nos ignora a propósito.
-RESPUESTA:
No, porque los dioses al ser inmortales y todo poderosos se aburren fácilmente, es por eso que necesitan a los humanos para divertirse (yeah yeah)
c) Si un Dios nos crea con un propósito específico ¿hay o no lugar para nuestra libertad? ¿Tenemos acaso libre albedrío? (aunque no tenga mucho que ver esta última pregunta es explorada en la película de Disney "Los agentes del destino" protagonizada por Matt Damon y Emily Blunt).
-RESPUESTA:
No, los humanos no nacen con un propósito específico, todos somos resultado de nuestras acciones, pero tampoco tenemos libre albedrío, por eso se inventaron las leyes
d) ¿Tener un destino significará, acaso, asumir [aceptar] la idea de que una entidad divina, o varias si las hay, controla nuestra vida a su antojo? ¿Qué somos para un Dios, al final?
-RESPUESTA:
Los humanos naces se reproducen y mueren, ese es todo el destino, ni más ni menos, lo que logres en ese tiempo es cosa de cada humano.
Este es un libro flojo lleno de clichés.
ResponderBorrarSi mezclas con una perspectiva infantil Tolkien y Narnia podríamos conseguir algo similar y aún así perdería bastante el libro de Laura.
Por un lado tenemos a Ashran, dictador de Idhun al que quieren derrotar para instaurar reinos(dictaduras) bravo laura.
Luego tenemos un mundo medieval y otro como el nuestro ...¿no podría Idhún aprender ciencia,tecnología...?
Finalmente lo peor del libro es que aparenta querer ser épico pero da tan poca importancia a sus batallas que se vuelven irrelevantes(curiosamente esto no ocurre en el Silmarillion que se ventila la Guerra de la Cólera en una página)y sobre todo el final resulta decepcionante.
Me resultó entretenido leerme los libros pero la historia es la que es.