Reflexión Contemporánea
El siguiente ensayo fue realizado por un seminarista de mi universidad:
Discurso Bienvenida
Bienvenidos
a este tercer coloquio de estudiantes de filosofía de la Universidad
Intercontinental, una vez más nos reunimos para compartir y expresar nuestras
inquietudes sobre nuestra realidad en la sociedad. El tema de este año tendrá
bastantes formas de abordarlo y tratarlo. Lo que si es cierto, es que es un
tema, el cual tiene mucho de qué hablar. Cuando hablamos de La Esperanza, es algo que para muchos
ha muerto, o tal vez, continúa siendo la razón de seguir adelante con nuestras
vidas.
Esperanza,
significa esperar con fe. El hombre siempre ha tenido esperanza hasta en los
momentos más difíciles. Los fuertes se aferran a la esperanza, simplemente
porque desean hacer posibles sus proyectos y saben que no se puede vivir la
vida sin ella.
Las personas depresivas pierden la
esperanza, tal vez no esperan nada, no tienen ningún interés, se cierran en
ellos mismos y no le encuentran sentido a la vida. No pueden empezar de nuevo.
Los filósofos nos han dado algún
tipo de esperanza, han tratado de darle o buscarle sentido a la vida. Pero
aunque la vida no tuviera sentido en sí misma, tenemos la capacidad de darle
sentido a nuestras propias vidas, con nuestros propios actos.
Cada uno de nosotros puede ser la
esperanza de otros. La esperanza surge en los momentos de gozo, pero también,
en los momentos difíciles, los cuales nos inclinan a creer en algo mejor. El
hombre es tiempo y esperanza. Nada que deseamos ocurre en el mismo instante que
lo pensamos, hay que esperar los acontecimientos en el tiempo, hay que esperar,
porque la vida es espera.
Es difícil hablar del valor de la
esperanza hoy día en medio de un mundo en crisis, pero, es más difícil si no
hablamos del tema. Muchos viven, o más bien dicho, sobreviven en un mar de
precariedades, con pocas, si no es que ninguna oportunidad de desarrollo y
rodeados de todo tipo de males sociales, entre los que se destaca el
narcotráfico, la corrupción, la delincuencia, el desempleo, y podemos continuar
con la lista, etc, etc, etc.
Con todo esto, que no se nos haga
extraño que encontremos gente sin esperanza hoy día. Gente que vive decepcionada, que no
cree en sus líderes, si es que se pueden llamar de esa forma. Nos acercamos a
las elecciones presidenciales, tenemos tres candidatos, quienes proponen un
sinfín de soluciones para nuestro país, cada uno dice tener la solución para
los problemas de México. La gran pregunta es; ¿En verdad nos traen esperanza?
Comencemos con el más guapo, el señor Peña
Nieto. Es un hombre que le gusta comprometerse, pero sobretodo, le gusta y
sabe cumplir. Al menos es lo que dice. Me llama bastante la atención, que este
señor no sabe cuál fue la causa de muerte de su ex esposa. La gran educación de
sus hijas, pero sobretodo, la insaciable hambre por la lectura. Se dice que su
escritor favorito es Martin Burger King.
Lo triste es que según las encuestas, por ahora, lleva la batuta. Nuestro
siguiente candidato, el señor López
Obrador, me llama la atención como habla con tanta seguridad, sobre cómo va
a eliminar la pobreza, a reactivar la economía, la cual está por los suelos.
Causa miedo la manera como se refiere a estos problemas, es como si fuera algo,
lo cual se pudiese arreglar de la noche a la mañana. Da la sensación de que vive
en otra realidad, una realidad bastante utópica. Por último, la señora Vázquez Mota, quien piensa que el
salario mínimo es de seis mil pesos. Bueno fuera, así todos estaríamos llenos
de esperanza.
Es bastante alarmante que estos tres
candidatos, los cuáles quieren ser el futuro mandatario de este país, quieren
devolvernos y ser la gran esperanza que hemos estado esperando por tanto
tiempo. Un país el cual está siendo azotado por una gran ola de violencia, el
narcotráfico parece estar en control y nos ha paralizado con el miedo. Un
gobierno corrupto el cual se nos hace bastante difícil confiar en él, una
economía la cual se ha colapsado, donde el rico se hace cada día más rico y el
pobre es más pobre, donde la clase media está desapareciendo, un sistema de
educación que no ofrece oportunidades a jóvenes que quieren prepararse
académicamente para poder aportar a su nación en un futuro.
Sí, parece ser un poco complicado
vivir en estos días, más sin embargo, como filósofos, tenemos la gran
responsabilidad de no bajar los brazos, tenemos que continuar aportando con nuevas
ideas y soluciones, aunque pareciera que tratan de cerrarnos las puertas,
quitando la filosofía de las escuelas, pareciera que quieren desaparecer a
aquellos que sí se atreven a pensar, aquellos que sí critican el sistema en el
que vivimos. A los profesores quienes miran el futuro en la juventud de hoy,
proveer a sus estudiantes con bastantes herramientas para que en un futuro
seamos nosotros quienes pasen la batuta a las generaciones futuras. Como decía
el filósofo Kant, “Atrévete a pensar”,
pero no sólo a pensar, sino a actuar. Es bastante alarmante escuchar a un niño
hoy día decir; “quiero ser narco”. ¿Será que estos niños ya están resignados y
han perdido la esperanza? O simplemente se están adaptando a su realidad, al
ver que en sus familias se han desvanecido los principios morales que fueron
pasados de generación en generación.
Cómo cambiar la actitud que hoy día
nos distingue; ¿queremos seguir siendo reconocidos por ser desmadrosos, y
alegres? Nos hemos dedicado a adoptar influencias extranjeras, nos interesa más
lo que Lady Gaga hará, o romper el siguiente record Guiness. Esa no es la
manera de buscar una esperanza genuina.
Luchemos pues juntos por esa misma
causa, escuchemos con atención y aprovechemos todo lo que este coloquio nos
ofrece. Lo que cada uno de nuestros compañeros compartirá con nosotros será
algo que ellos mismos han reflexionado. Escuchemos con atención para después
ponerlo en práctica en nuestras vidas. No dejemos todo el trabajo a nuestros
gobernantes, tomemos acción nosotros mismos con nuestro ejemplo. Recordemos que
en nuestro México, la esperanza aún continua viva y es la última en morir. Para
terminar, solamente quiero citar a John F. Kennedy; “No preguntes lo que tu país puede hacer por ti, sino lo que tú puedes
hacer por tu país” Trabajando juntos podremos devolver la esperanza. Una
vez más, sean todos bienvenidos a este Coloquio de estudiantes de filosofía de
la Universidad Intercontinental. Y recuerden, la esperanza no muere, el mundo
no llegará a su fin este diciembre próximo.
Voy a citar un monólogo de una serie que he estado empezando a ver:
ResponderBorrar'Estoy hasta los cojones de la gente que dice que la filosofía no sirve para nada. Parece que el sistema educativo ha olvidado las preguntas: "¿quiénes somos? ¿de dónde venimos? ¿a dónde vamos?..."
Ahora sólo importa qué empresa montamos, cuánta pasta ganaremos...
La filosofía sirve para reflexionar. Reflexionar sobre la vida, sobre el ser humano y para cuestionarse las cosas. A lo mejor por eso se la quieren cargar ¿no? La encuentran peligrosa.
La filosofía y el poder tienen una tensión sexual no resuelta.
La filosofía no es sólo un montón de preguntas profundas y verdades absolutas, la filosofía es poner patas arriba todo lo que conocemos y nos acomoda'.