Debate Filosófico


Sobre Latinoamerica...
                                                       
UNIVERSIDAD INTERCONTINENTAL
Filosofía Latinoamericana.
Eduardo Soto-borja Q.

Siempre en un debate hay ámbitos o polos opuestos que se hacen notar ya sea por propia pretensión por naturaleza del tema versado: el que se ve enjuiciado, el que refuta, el que argumenta y el tema en cuestión. Claro que también todo depende del tema que se trate, dónde, cómo y bajo qué medios se lleve a cabo.

Ahora bien, una vez “organizado” el esquema situacional, nos preguntamos: “Bueno, ya organizamos a la gente y el tema, ¿ahora qué sigue?” es probable que se desee llegar a una interpretación en el tema acuciante, pero también es posible que se intente llegar a una conclusión transigente cuando de cultura e identidad se habla.

Desde luego tanto los temas como la cultura que nos identifica marca ciertos parámetros sociales desde los cuales nos ubicamos o nos ubican de manera instantánea. De modo que está la posibilidad de ser claros cuando entremos al debate para argumentar, o nos vayamos con dignidad antes de ser subyugados por las ideas del otro.

 En efecto, me parece que la metáfora de Galeano[1] es buena en el contexto situado y la función de aquélla. Sin embargo, tanto la metáfora como el contexto sitúan al que reflexiona en un análisis histórico que posiblemente haya sido olvidado y que, con mayor razón, debe tener espacio para dar lugar a nuevas causas y motivos de globalización inter-cultural (a lo mejor acabo de hacer un pleonasmo), pues ésta ayudaría mucho a otras naciones que no tengan oportunidad de expresar lo que desean.

        Desde luego no podemos saber cómo podría terminar un debate si no se inicia antes, pero, ¿tienen todos los debatientes las mismas intenciones o algo que por lo menos en el fondo los una para entablar la discusión? Una cosa sería la pretensión con que inician el discurso, el debate, y otra el acicate que los impulsa a entablar civilizadamente el diálogo.

         Por ende, el debate es interesante porque acerca a las culturas y elimina, efímeramente, la opresión intelectual que unifica a diferentes personas de estratos sociales muy marcados.  Es verdad que los oprimidos deben luchar por lo que consideran justo o loable de creer, a la vez que el opresor debería dejar de lado su orgullo personal y permitir al otro expresar su identidad, cosa que al final beneficiará.

         Pero debo aclarar que este debate otorga plataformas discursivas más amplias de las que llegamos a percibir en un inicio. El que una persona logre transmitir algo sea capaz de proyectar su “yo” al Mundo tiene que ver también con cuestiones éticas personales y morales globales. No es sólo trabajo personal darse a mostrar al exterior, tiene que ver también las leyes hechas y estatuidas firmemente desde un inicio, la historia que rodea este evento es simbólica y trascendental a la vez.

         Dicho lo cual, engarzando lo que venimos tocando desde inicio del curso, y que va empalmado con lo que nos has dicho cuando se refiere a la larga, ardua y profunda labor de la filosofía en sus múltiples facetas, ésta debe encontrar el modo de acoplar sus planos epistemológicos y prácticos a los contextos que se van dando en el margen socio-cultural contemporáneo.

         Por lo que, me atrevería a decir que la filosofía debería regular los problemas epistemológicos que van cambiando en las culturas en cuestión, pero para ello debe saber y reflexionar cuáles son los males intrínsecos en el sistema de leyes que rigen a los pueblos selectos. Con la filosofía de la liberación, de la dominación, todas estas “facetas” sugieren, diría yo, un cuestionamiento sobre qué rumbo ha llevado la filosofía desde que llegó a nuestro mundo y por qué puede o debería llevar otro rumbo.

         Por ende, preguntémonos, ¿se lleva a cabo la misma filosofía en Europa que aquí en América? ¿Son los mismos propósitos o el Objetivo ha cambiado? A la vez que entra en reflexión si las ideas culturales son las mismas aquí que allá. Y como dice, profesor, ¿qué onda con el árbol plantado? Cierto es que muchas de nuestras ideas son oriundas de corrientes muy antiguas, pero no por eso estamos predispuestos a seguir dicha corriente.

         Creo, como dije antes, que quizá sea cierto eso de que sólo hemos reflexionado, masticado una idea que no es nuestra, pero creo que, después de tantos siglos al menos se diría que lo hemos hecho desde otro ángulo. Detengámonos un momento, ¿ayuda la filosofía a lograr un equilibrio socio-cultural?, y más aún, ¿ayuda ésta a lograr consolidar un proyecto de vida ya sea a nivel cultural o personal?

         Para poder lograr esto necesitamos saber de qué plano epistemológico-cultural estamos partiendo. ¿Podemos ver a futuro con los ojos de la filosofía? ¿Ha ésta incidido en las múltiples culturas existentes? ¿O es que algunas de ellas no tienen el poder cultural o social para expresar estas inquietudes? Decía o pensaba más bien que el sistema debe (en sentido de probabilidad) ser el punto referencial de la realidad.

          ¿Por qué no? El sistema nos demuestra que las leyes deben cambiar. El sistema no es estático, ¡es variable! Y con mayor razón eternamente cambiante. El sistema se construye a partir de la transigencia de una comunidad o por lo menos un conjunto de personas. Entonces, ¿qué es lo que está mal: el sistema o la comunidad misma?

         En este sentido la reflexión actual en la América Latina pone de manifiesto que hay cosas que deben pensarse con mayor detenimiento. Muchas de las caras reflexivas que se dan o muestran en la actual América Latina no son originales en el momento preciso en que se plantean o “re-plantean”, sino que es “carga” de epistemología dudosa traída de tiempo atrás, ¿pero haría eso que la reflexión sea falsa dado que la teoría es falsa?

         ¡Necesitamos entrar a una valorización del contexto mencionado!, ¿qué hace falta?, re-formular la teoría? Pero, ¿cómo reformular algo que ya trae una concepción precedente con relación a nuestra cultura? No podríamos borrarla, eso sería borrar siglos de esfuerzo epistemológico con pretensión de consolidarse. ¡Qué fastidio!

        Los errores epistemológicos de una cultura funcionan como método de esquematización primario, sin importar qué contengan. Una cultura puede ser o no ser a través de los diversos sujetos epistemológicos que las caracterizan. Una persona que representa a una cultura o nación determinadas debe tener muy seguras las formas de interacción entre diversos pueblos, sino, ¿cómo lograría transmitir algo?

          Toda revisión epistemológica conocida implica un repaso de las culturas en tiempos anteriores, verificando si son por lo menos válidas. Pero, ¿cómo comprobar de qué fecha o siglo es el árbol epistemológico? ¿Desde la época de Tales de Mileto o Hegel?, este ángulo de la historia puede ser vista de desde muchas caras. Pero, ¿son sólo válidas o también verdaderas?

        Una perspectiva más objetiva sugeriría que nos detuviéramos a ver desde qué punto podemos partir para analizar la problemática que surge en estos tiempos. Es sine qua non saber primero qué partes de lo que sabemos son por lo menos ciertas, como ya dijimos antes. No obstante, el saber que las culturas no llevan siempre el mismo código cognoscitivo no supone un cambio radical e inminente.

        Como segundo plano de discusión, ¿son los mismos cambios a nivel inter-cultural?, como decíamos una vez en clase: el filósofo (o estudiante de) debe “acoplarse” a las expectativas del público, hablar a un nivel lingüístico-cognoscitivo entendible, con el fin de poder dialogar y llegar a acuerdos que hagan subsistir la hegemonía cultural.

       Si ésta no permanece por causas someras, ¿qué sentido tendría compartir diferentes visiones de pensamiento? Además tenemos el cariz de que, como diversidad cultural, se tiene diferentes modos de ver las situaciones que aquejan a cada pueblo en cuestión. ¿Cómo llegar a un acuerdo cuando es muy posible que cada cultura tenga su propio árbol epistemológico situado y bien pegado?

       ¿Cómo logramos derribar una costumbre cuando es muy posible que esté muy bien cimentada por los demás ya sea por su contexto histórico o porque está motivado por sus creencias epistemológicas? La creencia juega un papel determinante en estos casos. Para poder dialogar es indispensable liberarnos de los prejuicios establecidos, pues éstos siempre intervendrán aun de la manera más sutil.

      Sin embargo, algunos filósofos dirán que Gadamer sostuvo que no es posible eliminar todos los prejuicios, ¿por qué será esto? ¿Por la costumbre de conciencia inmanente en nosotros? ¡Enfrentémonos al diálogo y logramos un intercambio cultural significativo! ¿O es que los árboles son muy inestables o muy distintos como para no hallar un punto de cohesión?

     ¿Cuál es la agenda que determina la pertinencia o legitimidad de los conocimientos? ¿Las que se fundaron en las batallas que se pelearon civilmente hablando? La agenda es legítima, universal, a no ser que, en contexto globalizador, se le quiera “universalizar”. ¿Hay probabilidad? Seguramente…

       Un último aspecto que requiere ser matizado, en el debate, es el de las propuestas epistemológicas contenidas en las reflexiones surgidas en algunas secciones de Norteamérica: ¿en qué medida el bloque económico-cultural presente influye en las posibilidades de capacidad de llegar a acuerdos? ¿No estaremos regresando a las antiguas construcciones teóricas que se desarrollaron en la Grecia Antigua o, por lo menos, en el medioevo?

     ¿O es que debemos salirnos del ámbito intelectual cotidiano?, lo importante es que seguimos en cuestión reflexiva y mientras no perdamos el camino, la corriente o el propósito que nos impele a seguir buscando nuevas formas de filosofar, sin importar el contexto, haremos bien; como bien “letrados”.

      En mi opinión, repasemos qué tenemos de consolidado y válido y luego reunámonos para reorganizar los fundamentos epistemológicos que nos caracterizan con el resto del mundo para luego pensar qué necesita de nuevo que nuestra cultura con relación al avance y evolución de las demás.



[1] A éste ya lo había leído en prepa, una obra suya que habla de economía, pero no recuerdo el título.

1 comentario:

  1. Muy interesante publicacion, me gusto y me llamo bastante la atencion lo siguiente, y cito: "Para poder dialogar es indispensable liberarnos de los prejuicios establecidos, pues éstos siempre intervendrán aun de la manera más sutil".
    Me llamo Estuardo Arias, soy admirador y amigo del filosofo Jorge Luis Ortiz, creo que te hablo de mi y ami me hablo de ti y me dijo que eres escritor a pesar de algunas circunstancias, podriamos platicar algun dia? saludos y felices fiestas

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