Crítica a Miracles from Heaven


Miracles from Heaven puede definirse como un drama familiar que no termina de despegar y ofrecer algo "diferente". 

Tengo que ser muy honesto. Entré a ver esta película porque soy admirador de Jennifer Garner. Desde que salió en la fallida Daredevil (2003), hay algo en ella que me gusta, tanto por sus personajes como por ella misma. Lo mismo puedo decir de la serie de espionaje Alias. Simplemente emocionante; Jennifer ha sabido entregar personajes contundentes en cada uno de los proyectos en los que ha estado. De esta forma puede ser lógico mencionar que sus personajes son creíbles, pero no por ello dejan de ser en ocasiones exagerados. 

En Milagros del Cielo (Miracles from Heaven) interpreta a Christy Beam, una madre y esposa de familia que súbitamente se ve inmersa en la búsqueda por salvar la vida de una de sus hijas pequeñas, Anna (Kylie Rogers) cuando a ésta le sobrevienen fuertes dolores estomacales que comienzan a agravar su salud. 

Inicia bien la película. Se nos presenta a los personajes, su cosmovisión y estilo de vida, pero cuando el guión se sumerge en un contexto dramático quizá un tanto exagerado por su ritmo y comienzan a surgir tintes científicos sobre preguntas que todos nos hemos hecho alguna vez, es que la cinta se esfuerza mucho por quebrantar la fe (aquellos que sean muy creyentes, tal vez pongan a prueba su postura aquí) para tratar de darle su lugar a la ciencia. Hay quienes me comentan en ocasiones que son "dimensiones" humanas que no están peleadas, y probablemente sea cierto, pero a la hora de buscar respuestas, como se plantea en el filme, la religión puede no ser la primera opción, aunque desde luego sea la tercera o quizá la cuarta en ser consultada. Aquí la historia de un drama real (la cinta se basa en el libro que la misma Christy escribió) poco a poco se desvanece para colocar en su lugar flashazos de cuestionamientos "ciencia vs religión" de un modo tan a prisa, que por momentos uno puede dejarse llevar por los giros de trama, pero en otros parece que la historia no posee un fundamento específico. Creyentes o ateos notarán esos huecos y sentirán que la historia se debilita por su mera construcción, pero, es importante decirlo, esto no quiere decir que la película no sea entretenida. 

Jennifer Garner sabe llevar parte de la carga de la historia, así como Kyle con su emotiva Anna, carismática y dueña de una fortaleza espiritual inusual para una niña de 8 años; ambas ofrecen al público el entretenimiento esperado, entre la que se muestra como el ser humano perseverante, aun en las peores circunstancias y la otra que lucha por proteger a un ser querido. En el contexto familiar, la cinta refleja de una forma común la presión emocional que cualquier pareja vive cuando un ser amado pasa por una situación grave, pero también es evidente que en subtramas como las que aquí se presentan, las posturas de ciertos personajes rayan en el egoísmo, al punto de perder la empatía que iban construyendo con el público. 

En términos de elenco se integra Eugenio Derbez, quien contrario a sus acostumbrados papeles, aquí su interpretación es acertada y se convierte, además, en uno de los elementos más rescatables del filme, regalando matices que hacen equipo con la profundidad psicológica (pero no por ello trascendente) que ofrece Garner. Detrás de ellos, el resto de actores ofrecen papeles adecuados que de alguna forma mantienen a duras penas una cinta que se sitúa engañosamente en los convencionalismos del género dramático. El guión parece ser genérico, el ritmo de repente es apresurado y en otras se detiene para enfatizar apuntes sobre la introspección personal, y junto a la estética, tanto visual como "atmosférica", son, hasta cierto punto, interesantes. Pero eso sí, es la problemática salud de la pequeña y lo que puede pasarle lo que nos mantiene interesados, y desde luego ésa es la meta aquí. 

Conforme la cinta avanza notamos que el mensaje de la directora Riggen es, por un lado, cuestionar las creencias religiosas, y la cinta va lográndolo camino a su desenlace, pero al final retoma la fidelidad a la religión, lo que desequilibra la cinta al pendular al lado opuesto al que iba llegando hasta su segundo acto, pero es en la moraleja -típico de cintas así- donde la película encuentra su lugar, y como su título lo indica, en todos lados hay milagros. Lástima que Milagros en el Cielo no fuera un milagro para su género, al desviarse un poco de su propuesta inicial. 

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