Una cinta que explora parte de una dramática cultura europea.
Empezaré por comentar que esta cinta tiene varios aciertos a su favor: la historia que nos cuenta, el contexto, el tono y el recurso narrativo con que desarrolla a las cinco personalidades principales del relato. Y es que la verdad es algo que se tenía que contar: el cómo, tanto en Turquía como en diversos sectores poblaciones del mundo, la realidad del machismo persiste de un modo cruel -la intensidad variará- que muchas mujeres sufren ante esta realidad.
La historia desde el inicio es clara y nos sumerge en la vida de cinco chicas adolescentes, tres rumbo a los quince años o poco más, y dos menores de trece años (o al menos eso se puede advertir tanto en su estatura como en su desarrollo corporal). La historia que se nos presenta desde el inicio es la vida "martirizada" de estas jovencitas que, al ser criadas por su abuela y tío materno, no tienen más opción que someterse a una vida donde la nubilidad está a la vuelta de la esquina y la felicidad no siempre está al alcance.
El segundo punto, igual de importante, es el contexto social: el problema genérico de casar a las mujeres ya sea por interés familiar o monetario, o por simple "designio" de Dios, y ahí es donde el guión nos presenta con sutileza las motivaciones de cada personaje a la vez que lo delinea lo suficiente para poder advertir el siguiente paso en las decisiones de cada una; en otras palabras, el objetivo del deseo del personaje. Hablamos de una situación, más que nada cultural, donde los intereses de un papá o familiar apelan mucho a siglos de historia donde la mujer es sometida al deseo del hombre, sólo que aquí el filme dirigido por Deniz Gamze Ergüven (mujer) retrata con gran habilidad la vida de estas adolescentes permitiéndonos empatizar con ellas; por el lado de las figuras autoritarias, éstas están tan por encima de los deseos volitivos de cualquiera de ellas que es justo lo que impulsa la motivaciones de las adolescentes.
Además, otro acierto aparte de presenciar y comprender, como espectadores, la situación cultural de Turquía, es la comunicación verbal que cada personaje emana; en este punto, el manejo de cámara y fotografía contribuye a profundizar en la lectura que hacemos y que otorga cierto trasfondo, aunque no lo veamos en primera instancia. Más aún esto contrarresta algo que podría causar incomodidad en el espectador: todo ocurre en un mismo sitio pero dividido por zonas: el hogar. La historia es llevadera, nos sumerge ligeramente en esta particular cultura europea a través de los ojos de una familia donde lo sexual es visto con malos ojos, o mejor dicho, la sumisión de la mujer es considerado algo primordial, hecho que es lamentable al ser una época donde se procura fomentar la equidad de género.
Mustang: Belleza salvaje es en definitiva una película que debes ver, para darle un mirada al exterior, a la situación desafortunada que muchas mujeres viven, para enseñarte a respetarlas (si eres hombre), a comprenderlas (si eres mujer), pero como ser humano, a pensar diferente ante una realidad que podría estar más cerca de lo que todos imaginamos.
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