El suspense y la tensión que Frozen genera en la primera parte, en la segunda se desvanecen.
No hay que confundir ni de título ni de temática. Está Frozen de Disney y está esta cinta de terror escrita y dirigida por Adam Green. Y más todavía la segunda versión del 2013, protagonizada por Vanessa Hudgens, Nicolas Cage y John Cusack, sin considerar que sus historias son diferentes. En la presente cinta un trío de amigos Joe, Parker y Dan (Shawn Ashmore, Emma Bell y Kevin Zegers) están de viaje para esquiar en montañas nevadas. El guión arranca cuando, por una equivocación, los tres amigos quedan varados y a expensas del destino, desconociendo que eso podría ser su última aventura.
Los actores son conocidos, más para quienes seguimos de cerca la serie televisiva Smallville (2001-2011) y vimos hacer de estos actores villanos interesantes, pero nada más. El ritmo de esta historia, que en latinoamérica recibió el nombre de "muerte en la montaña" y para México "Bajo cero", sigue los deseos porfiados de este trío que busca divertirse a pesar de las advertencias del guardia de que una peligrosa tormenta se acerca. El guión está cargado de astutos diálogos creadores de tensión y suspense en la primera parte, más aun este detalle visual es apoyado por ingeniosos ángulos de cámara que le dan dinamismo a la historia, pero con los giros de tuerca y acontecimientos que apelan a la ciencia que vemos en pantalla, terminan por decaer. Por si no fuera suficiente, es realmente poca la empatía que puede sentirse por Joe y Dan, pues el personaje de Parker es, posiblemente, el mejor construido y dotado de ese realismo necesario para sostener esta clase de películas. Sí tiene un final inesperado, pero carente de emoción e impulso visual como para pensar que la complejidad psicológica que esperamos ver aquí, realmente esté aquí. Parcialmente entretenida si aceptamos que tiene diálogos y momentos aburridos, especialmente transcurrida la segunda mitad.
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