Un entretenido reinicio.
Por EdSQ.
La nueva entrega animada de DC centrada en el
Hombre de Acero tiene aciertos técnicos y una historia que yo podría considerar
redonda, con una fidelidad milimétrica en unos puntos, pero con su respectiva
libertad creativa en otros. Al final, es un buen reinicio y que abre la puerta
a los nuevos “cruces de historias”.
Lo
primero a resaltar es que la animación es pulcra, es elegante, aspecto que viene
engarzado con un inesperado e ingenioso desarrollo de personajes que, según las
necesidades del guion, va priorizando a unos y luego otros personajes. Por lo
mismo, al ser nuevamente una historia de origen, la “presentación” de
Kal-El/Clark Kent/Superman ante el mundo —o, mejor dicho, Metrópolis— surge en
una escena distinta a como lo imaginé, emotiva y llena de reflexión, tanto como
la historia misma de Superman es.
Entre
los más de setenta villanos que el Hombre de Acero tiene, ha tocado el turno a
Parásito (aunque de fondo el catalizador narrativo sea Lobo), personaje
que tiene dos encarnaciones, siendo que la producción opta por presentar al clásico,
Rudy Jones, para que sirva de oposición a Superman mientras éste descubre quién
es en el mundo. A la par, la historia introduce a Martian Manhunter como
una especie de “guía” a Superman y con quien guarda paralelismos esenciales.
Mi problema inicial con la cinta es que comienza con Clark de niño, ya bajo la tutela de los Kent. No hay reparo en un modesto o sucinto prólogo a sus orígenes, sino que va descubriéndolos sobre la marcha, a la par de forjar su identidad psicológica y social mientras los eventos ocurren a su alrededor. Por esta razón, a ratos me da la impresión de que el guion se va con prisa, creando conflictos o bien priorizando verdaderas escenas emotivas que, de hecho, son “congruente” según la secuencia, pero en general, noto un desbalance en el ritmo narrativo.
Me alegra la fidelidad presentada, los giros de tuerca esperados o no y que la cinta retome la idea de que una persona en esencia no cambia, pero sus elecciones son tan poderosas que modifican escenarios o situaciones inesperadas.
De nueva cuenta, y como pasó con El Hombre de Acero, esta cinta animada cita otra vez la xenofobia con un Perry White más gritón que nunca y una Luisa Lane temida y desafiante, más un Lex Luthor (cuya voz de Zachary Quinto le da un toque perverso genial) apenas descubriendo en Superman una potencial amenaza a la humanidad.
Me encuentro ante el acertado, aunque poco “innovador”, reinicio de DC con el rojiazul. El director Butch Lukic (Constantine, City of Demons) crea, con Superman: Man of Tomorrow, una cinta de re-descubrimiento personal, colocando el foco narrativo en quien es Clark Kent, más que en Superman, permitiendo la construcción inusitada de una historia entrañable, divertida y humana; me gusta lo que veo, sin duda, pero no la calificaría como memorable. Aun así, sigue siendo mejor que mil películas de Batman cada seis meses, que no todas son buenas.
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