Poco que rescatar de una trama ridícula, y con diálogos huecos, que usa al máximo los estereotipos sociales para presentar una historia de amor.
2.0
Tipo de artículo:
Veredicto.
Lo que comienza como una aparente historia de bullying en el más laxo y plano sentido de la palabra, donde hay espacio para el débil y el abusivo —de este último porque puede, porque tiene el poder, porque su autoestima está por los suelos, porque es su forma de relacionarse con los demás, porque es lo que conoce, etc.—, la historia se convierte con el paso de los capítulos en una de amor que se entreve, no se expresa; se intuye, no se externa; se teme y se ignora, pero no se aclara... sino hasta que llega el clímax de la historia, donde los enamorados confiesan sus sentimientos... con el Sol de fondo.
Si no fuera porque Hana Yori Dango es, según entiendo, una historia que data del año 2005, la tacharía de CLICHÉ por donde fuera, pero hasta eso, la historia es inocente y queda exenta de fallos narrativos que actualmente serían fácilmente de recriminar. Sin embargo, los pecados de esta historia son otros y tan ridículos, que realmente quiero pensar que, si este animé es TAN famoso como los medios me lo hacen creer, su manufactura, consistencia, o incluso congruencia interna, apelan a una fórmula clásica de otros tiempos, donde yo como espectador no tengo la paciencia suficiente como para dejarme llevar por la magia del espectáculo, teniendo que aguantarme las ganas de decir "¿Tiene esto alguna POSIBILIDAD REAL de ocurrir como me lo están planteando?"; ¡es una caricatura hecha imagen real! = Personajes BLANDOS.
Y lo pienso de ese modo porque muchas escenas avanzan "gracias" a diálogos bastante cutres y sin un solo ápice de profundidad o de congruencia interna, como escribí antes. Lo más frustrante para este servidor es que la trama podría tener/gozar de BUENA profundidad psicológica sin tan solo fuera un poca más expositiva en sus diálogos, más (como diría Robert McKee) explicativa, pero no... Todo parece suceder casi porque sí, y como la trama sigue las convivencias de Tsukushi y Tsukasa, siendo el resto un relleno bastante decente que me arranca carcajadas en los momentos de pelea, todo queda centrado entre los parcos momentos de los protagonistas y, claro, la diferencia de sus mundos. Él proviene de la realeza, ella de la «pobreza». Estereotipo. Esto conduce, irremediablemente, a personajes acartonados, diálogos carentes de complejidad psicológica o coherencia y una trama por demás elemental.
Si no fuera porque Hana Yori Dango es, según entiendo, una historia que data del año 2005, la tacharía de CLICHÉ por donde fuera, pero hasta eso, la historia es inocente y queda exenta de fallos narrativos que actualmente serían fácilmente de recriminar. Sin embargo, los pecados de esta historia son otros y tan ridículos, que realmente quiero pensar que, si este animé es TAN famoso como los medios me lo hacen creer, su manufactura, consistencia, o incluso congruencia interna, apelan a una fórmula clásica de otros tiempos, donde yo como espectador no tengo la paciencia suficiente como para dejarme llevar por la magia del espectáculo, teniendo que aguantarme las ganas de decir "¿Tiene esto alguna POSIBILIDAD REAL de ocurrir como me lo están planteando?"; ¡es una caricatura hecha imagen real! = Personajes BLANDOS.
Y lo pienso de ese modo porque muchas escenas avanzan "gracias" a diálogos bastante cutres y sin un solo ápice de profundidad o de congruencia interna, como escribí antes. Lo más frustrante para este servidor es que la trama podría tener/gozar de BUENA profundidad psicológica sin tan solo fuera un poca más expositiva en sus diálogos, más (como diría Robert McKee) explicativa, pero no... Todo parece suceder casi porque sí, y como la trama sigue las convivencias de Tsukushi y Tsukasa, siendo el resto un relleno bastante decente que me arranca carcajadas en los momentos de pelea, todo queda centrado entre los parcos momentos de los protagonistas y, claro, la diferencia de sus mundos. Él proviene de la realeza, ella de la «pobreza». Estereotipo. Esto conduce, irremediablemente, a personajes acartonados, diálogos carentes de complejidad psicológica o coherencia y una trama por demás elemental.
Lo rescatable de esta primera temporada, más allá de la química entre los protagonistas, es la fábula de la chica pobre con fuerte espíritu, cuyo comportamiento despreocupado orilla a los demás a compadecerse de ella —o el universo mismo— y por ello termina siempre sorteando los obstáculos de la adinerada mamá que, rodeada de poder material y mucha fama, está por encima en términos sociales y no se permite concebir que su hijo, heredero de una corporación mundial, esté con una chica de escasos recursos. No es un concepto nuevo ni de lejos...
Eso sí: no me esperaba ese final, pero es congruente y otro de los parcos puntos a favor de la historia, porque añade el más puro sentido de dramatismo orgánico a una historia de amor que —sí, entre toda la paja— mantiene su camino natural rumbo a su propia consumación emocional. Y como el final lo dice, hubo segunda temporada.
Conclusión:
¿Apreciaré una mejor historia en la Segunda Temporada?
Pues sí es un poco absurda la serie. También siento que la traducción no es tAn buena y eso no ayuda a entender los diálogos originales. Pero entretiene la serie. La segunda temporada es pasables; la película sí es un asco.
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