Con Cómo entrenar a tu dragón 3, DreamWorks cierra una historia con potentes ideas y el amor como conclusión.
8.8
Tipo de artículo:
Crítica.
La primera vez que Cómo entrenar a tu dragón, me sentí a gusto con la historia de Hipo y su inesperado amigo Chimuelo. Tal fue la magia que encontré en la ejecución de la premisa, que me resultaba inevitable ver venir la secuela. La saga, hasta donde he visto, ha cosechado una merecida popularidad desde que surgió, una fama que tiene su equivalente (o así me lo parece) en buenos números pero, sobre todo, en una historia que nunca ha flaqueado y que, en vez de sobrecargarse, siempre ha tratado tópicos importantes sin perder el humor o el estilo de una cinta animada. En esta tercera entrega, el equilibrio sigue estando presente.
Estos tópicos (tolerancia, inclusión social, aceptación del pasado y apertura al futuro, cuidado a las creaturas, al entorno) se unen a los temas que explora la tercera entrega (discriminación y antiheroísmo), que no son tan diferentes de los anteriores, congenian de manera que me permiten centrar mi interés analítico hacia los conceptos mencionados líneas arriba (discriminación, paz y destrucción de la fauna). Aquí, a la par de explorar la discriminación, el peligro que enfrenta Hipo y compañía es igual o más tangible que en las entregas pasadas. Aquí la inclusión de un enemigo —fuerte en un aspecto, débil en otro— me permite ver el cierre de una trilogía que comenzó con la premisa de lo inesperado y cerró con la promesa de la unión, aprender a dejar ser, ir y aceptar el propio destino.
Cómo entrenar a tu dragón 3 inicia como cinta de acción, estableciendo las bases de interés para la trama (el rescate de los dragones y la posibilidad de encontrar un entorno seguro de paz y armonía), presentándome al villano en turno y la motivación de Hipo con respecto a sus planes de expansión, pero más que nada, de cuidado por todas aquellas creaturas que, sin ser similares a él, comparten un espíritu de preservación por la vida.
Estos tópicos (tolerancia, inclusión social, aceptación del pasado y apertura al futuro, cuidado a las creaturas, al entorno) se unen a los temas que explora la tercera entrega (discriminación y antiheroísmo), que no son tan diferentes de los anteriores, congenian de manera que me permiten centrar mi interés analítico hacia los conceptos mencionados líneas arriba (discriminación, paz y destrucción de la fauna). Aquí, a la par de explorar la discriminación, el peligro que enfrenta Hipo y compañía es igual o más tangible que en las entregas pasadas. Aquí la inclusión de un enemigo —fuerte en un aspecto, débil en otro— me permite ver el cierre de una trilogía que comenzó con la premisa de lo inesperado y cerró con la promesa de la unión, aprender a dejar ser, ir y aceptar el propio destino.
Cómo entrenar a tu dragón 3 inicia como cinta de acción, estableciendo las bases de interés para la trama (el rescate de los dragones y la posibilidad de encontrar un entorno seguro de paz y armonía), presentándome al villano en turno y la motivación de Hipo con respecto a sus planes de expansión, pero más que nada, de cuidado por todas aquellas creaturas que, sin ser similares a él, comparten un espíritu de preservación por la vida.
Comparando las dos películas anteriores con esta, aquí Chimuelo recibe un tratamiento mayor, esta vez con la inclusión de una dragona para emparentarlo y formar su propio círculo familiar. Ignorando las quejas y reclamos que el estudio recibió de algunos sectores de oriente, la producción no se arredró, avanzó con el proyecto y lanzó la película que culmina una historia, que no pierde mucho el tiempo en mostrar el paraíso de dragones al que Hipo desea llevar a toda la fauna, una especie de Edén realmente impresionante que captura la esencia del mito de los dragones, al menos dentro de los márgenes de fantasía que la historia permite y explora. Te recuerdo que la franquicia está basada en una serie de libros que, pena admitirlo, no he leído, y no solamente eso, sino que siempre ha abordado, de un modo u otro, la cultura vikinga.
Ante mi desconocimiento tanto por el material literario de origen como por la cultura que, aparentemente, la autora gusta de explorar, mi apreciación de la saga es limitada, pero no por ello entretenida o agradable. Cómo entrenar a tu dragón, en sus tres entregas, siempre abordó, en mi opinión, el tema de la familia, de la creencia en uno mismo, subrayando la envergadura de lo que es no ceder al peligro ni alimentarlo con más violencia o rabia, antítesis principales del cuidado a la flora o la fauna. Aquí estas ideas, manejadas como algo más que simples sugerencias, han sobrevolado toda la saga y servido prácticamente para conjugar muchas de las secuencias más potentes, potenciando los conceptos de tolerancia e inclusión social. No importa dónde, no importa quién, el objetivo es sumar.
Ante mi desconocimiento tanto por el material literario de origen como por la cultura que, aparentemente, la autora gusta de explorar, mi apreciación de la saga es limitada, pero no por ello entretenida o agradable. Cómo entrenar a tu dragón, en sus tres entregas, siempre abordó, en mi opinión, el tema de la familia, de la creencia en uno mismo, subrayando la envergadura de lo que es no ceder al peligro ni alimentarlo con más violencia o rabia, antítesis principales del cuidado a la flora o la fauna. Aquí estas ideas, manejadas como algo más que simples sugerencias, han sobrevolado toda la saga y servido prácticamente para conjugar muchas de las secuencias más potentes, potenciando los conceptos de tolerancia e inclusión social. No importa dónde, no importa quién, el objetivo es sumar.
Si a esto agrego el amor como conclusión, el interés principal de la historia (las aventuras de Hipo y Chimuelo) pasa de la inclusión y la no discriminación a la magia del ciclo de la vida: ser y dejar ser. Aquí es cuando llego al punto más débil de la historia: el trasfondo del villano. El personaje, necesario para cerrar la trama por ausencia de un verdadero peso antagónico previo, aquí tiene una motivación endeble (el motivo) compensada por un atributo necesario: mucha inteligencia.
Aquí es cuando pienso que la historia expone una decisión creativa de tratamiento muy cuestionable, porque presenta diálogos muy potentes encaminados a profundizar en el amor, la inclusión y el valor de creer en uno mismo con algunas escenas que de verdad sobran en la cinta. Los momentos de planeación, o algunos de humor, pecan de paja porque mi interés como espectador está puesto en el duelo filosófico entre Hipo y Grimmel, autoproclamado asesino de Furias Nocturnas por considerarlos, sin siquiera comprobarlo por propia experiencia, una amenaza a la humanidad. Por ello su inteligencia, de la que podrías dudar por la manera en que la plasman, es aquí el factor que juega como "causa-efecto" en una historia de amor, que al final roba el protagonismo en el tercer acto y que, sinceramente, me arrancó lágrimas. Yo me emocioné, ¿y tú?
Aquí es cuando pienso que la historia expone una decisión creativa de tratamiento muy cuestionable, porque presenta diálogos muy potentes encaminados a profundizar en el amor, la inclusión y el valor de creer en uno mismo con algunas escenas que de verdad sobran en la cinta. Los momentos de planeación, o algunos de humor, pecan de paja porque mi interés como espectador está puesto en el duelo filosófico entre Hipo y Grimmel, autoproclamado asesino de Furias Nocturnas por considerarlos, sin siquiera comprobarlo por propia experiencia, una amenaza a la humanidad. Por ello su inteligencia, de la que podrías dudar por la manera en que la plasman, es aquí el factor que juega como "causa-efecto" en una historia de amor, que al final roba el protagonismo en el tercer acto y que, sinceramente, me arrancó lágrimas. Yo me emocioné, ¿y tú?
La cinta, entonces, tiene a un villano no tan poderoso ni peligroso como debía serlo, al menos no me convence porque su motivación, endeble y carente de pragmatismo, no justifica del todo sus acciones. Tiene odio, pero el origen de su odio es banal, es ilógico. Por lo que, para llenar este hueco, el guion lo dota de una inteligencia nutrida de la experiencia que otorga la caza como tal. Y sí, el final de su arco dramático es tan insulso como su entrada.
Habiendo expuesto el punto más débil de la historia, el epílogo de la trama sugiere una muy hipotética cuarta parte, pero un servidor opina que con esta tercera entrega, la historia cierra bastante bien. Pormenores aparte, el constante guiño al concepto de comunidad, unión y aceptación no se despega de una historia que siempre mostró compatibilidad ante tal idea; es así que Cómo entrenar a tu dragón 3 se convierte en el cierre de ciclo de una historia que, quizás no comenzó con el nacimiento, pero sí con la grandeza de crear lazos, el crecimiento o fortalecimiento de los mismos y la idea de que, "no importan la distancia, el rumbo encontraré", así que definitivamente es un final que me gustó. No es perfecto, pero supo aprovechar gran parte de su potencial.
Habiendo expuesto el punto más débil de la historia, el epílogo de la trama sugiere una muy hipotética cuarta parte, pero un servidor opina que con esta tercera entrega, la historia cierra bastante bien. Pormenores aparte, el constante guiño al concepto de comunidad, unión y aceptación no se despega de una historia que siempre mostró compatibilidad ante tal idea; es así que Cómo entrenar a tu dragón 3 se convierte en el cierre de ciclo de una historia que, quizás no comenzó con el nacimiento, pero sí con la grandeza de crear lazos, el crecimiento o fortalecimiento de los mismos y la idea de que, "no importan la distancia, el rumbo encontraré", así que definitivamente es un final que me gustó. No es perfecto, pero supo aprovechar gran parte de su potencial.
Conclusión:
Cómo entrenar a tu dragón 3 te dará una historia muy disfrutable, te encariñarás con Chimuelo, su novia y los momentos de vínculo entre Hipo y Astrid. Es un cierre que siempre mantuvo en orden el delicado balance entre cinta animada y crítica "elevada de tono" sobre la tolerancia, las repercusiones de incitar la violencia y, sobre todo, el cuidado o daño al entorno. Disfrutarás la película.
No he visto ninguna de las películas, pero he escuchado por muchas personas que es muy buena. Por lo que platicas, me parece que lleva un desarrollo lógico durante las tres entregas, para dar un buen final.
ResponderBorrarY me gustó la redacción del artículo.