Recibí una sorpresa con La razón de estar contigo (A dog´s purpose), sobre todo por el tratamiento crítico de fondo que la película hace; se trata de un desarrollo que toma dos columnas narrativas si miro con lupa esta historia. Por un lado me habla de la trascendencia espiritual de la reencarnación, y por el otro, habla de la importancia de los perros como seres vivientes. Desde esta última postura, la cinta me pide que sea, y cualquiera a mi alrededor, más cariñoso con el mejor amigo del hombre, y ¿por qué no?, si después de todo hablo -o hablamos- de un ser vivo incondicionalmente leal al hombre.
Puedo aclarar que no es la única cinta que convierte en protagonista al perro, pero sí es la primera en recalcar con lupa los sentimientos que éste experimenta a lo largo de su existencia. Tampoco creo que sea necesario hacer una sinopsis de la cinta, pero sí poner en un sitio visible su emotividad; la tiene; la presenta por tiempos. Recuerdo cuando leí de pasada Muchas vidas, muchos sabios, de Brian Weiss. En su libro, este autor explicaba la importancia de la huella que un ser deja en un cuerpo y lo que ocurre cuando ocupa otro. La razón de estar contigo, si bien está contada con tonalidad de comedia, drama y mucha espiritualidad para darle ese toque de esperanza a una cinta que, de origen, puede no ser optimista más que en sus muchos y agradables chistes, es evidente que muestra mensajes duros, como la rigidez del cambio, la presencia del alma, los propósitos y el sentido que le damos a la existencia.
Narrada está a partir del can, y eso le añade el toque de broma a la comedia dramática, género al que indudablemente me parece que pertenece la película (el de los animales como estelares). Y la sorpresa de la que hablé al inicio fue la profundidad individual-espiritual con que la cinta nos invita a maravillarnos y entretenernos con las aventuras del protagonista. Se basa en una novela que no he leído -es claro que Hollywood adapta muchas novelas al año y es imposible estar al tanto de cada una-, pero sin duda la película es emotiva y nos llega al corazón, por su sencillez narrativa, por su contexto (aunque la película sigue los pasos del perro, muestra vistazos de la familia que lo adopta jugando con los tiempos para hacerla llevadera en lo importante), por su calidez en el desenlace, pero sobre todo por su honestidad.
Con Britt Robertson (El viaje más largo, Tomorrowland) como el amor juvenil de un chico encariñado con su perro, la cinta ofrece buenos momentos románticos, aderezados con la gracia canina y embadurnados de los esperados tintes dramáticos para acelerar la tragedia que acompaña al protagonista en su vida central. La historia le aborda algunas "oportunidades" de vida al can, siendo la primera la más longeva por ser el espacio de desarrollo psicológico.
Así, lo mejor de la cinta es su mensaje, su protagonista y los momentos de perdón que se vislumbran como epílogo.
Quizá no se vea generalmente como algo "malo", pero a ratos da la impresión de que se sataniza al perro y se glorifican otros animales.
Como sea, es una cinta enriquecedora, interesante, tierna y que te llega al corazón.
Con Britt Robertson (El viaje más largo, Tomorrowland) como el amor juvenil de un chico encariñado con su perro, la cinta ofrece buenos momentos románticos, aderezados con la gracia canina y embadurnados de los esperados tintes dramáticos para acelerar la tragedia que acompaña al protagonista en su vida central. La historia le aborda algunas "oportunidades" de vida al can, siendo la primera la más longeva por ser el espacio de desarrollo psicológico.
Así, lo mejor de la cinta es su mensaje, su protagonista y los momentos de perdón que se vislumbran como epílogo.
Quizá no se vea generalmente como algo "malo", pero a ratos da la impresión de que se sataniza al perro y se glorifican otros animales.
Como sea, es una cinta enriquecedora, interesante, tierna y que te llega al corazón.
— Vaya, vaya, vaya.. con que nos volvemos a encontrar ¿Agente Ed?
ResponderBorrar— (forcejea de las esposas) ¿Qué quieres de mi, Rearviewer? Sabes que nunca te diré una palabra
— Ooohhh, pero yo no quiero que hable Agente Ed, sólo quiero que sufra (tensa las cadenas empujando una palanca)
— Aarrghggghghh (aprieta los dientes)
— Así es mejor. Ahora que tengo su atención Agente, debo empezar con los comentarios (prende el rpoyector):
Ciertamente estamos ante una película familiar, perritos aquí, peludos acá y contado con mucha ligeresa, pero ¿desde la perspectiva del perro?
— (aprieta los párpados) no te saldrás con la tuya Rearviewer.
— A modo de narrador, sí escuchamos el sentir y pensar del perro, como lo hicera Danny DeVito en la 3a entrega de Mira Quien Habla, pero incluso si todo surge desde el protagonismo animal, muchas de las reflexiones ocurren en la perspectiva humana. Es decir, Ethan toma la decisión, Maya da el paso necesario, Carlos... bueno creo que aquí la relación era más ecuánime y ambas perspectivas se complementaban con un peso más inclinado hacia Ellie.
— ¡¡Basta!! Detente, Rearviewer...
— La cámara a ras de piso ayuda a sentir la perspectiva animal, pero no es usa lo suficiente, quizás porque de haberlo hecho a muchos les dolería la
cabeza. La sentí también un poco desbalanceada, en el tiempo en pantalla, si tomara el tiempo de vida de Bailey y Tito, deberían haber ocupado el mismo tiempo en pantalla. Pero la balanza se recarga en la historia de el niño y su perro, porque ¿a quién le interesa la vida de una solterona universitaria? ¿o de un policia divorciado? Historia que por cierto fue la que más me conmovió. No creo que hubiera mayor dolor por la perdida que la del actor John Ortiz abrazando desconsoladamente a Ellie.
Y pues vemos como cinco perros pero en realidad son sólo 3 historias, y como dije se me hizo un poco desbalanceado. Ese sería mi ÚNICO 'pero'.
—(agotado y sudando frío con los ojos entrecerrados) Por favor, para, no más...
— Oohhh tranquilo Agente, estamos por terminar: Es evidente que el director sueco tiene una gran sensibilidad emocional y recurre al peso dramático constantemente como vehículo de reflexión y concientización. Aquí no es la excepción cuando nos muestra las conclusiones de esos própositos de vida y a la vez nos invita a valorar el peso de la vida animal, de los que nos acompañan en este mundo y a los que pocas veces les damos su merecido lugar.
Es la película más espiritual donde el perro es el protagonista.
ResponderBorrarEs buena película es una temática muy original e innovadora.
-Tacos al Pastor
Mira encontré una crítica de la película en: el mexicano.com
ResponderBorrarBasada en la novela de W. Bruce Cameron, nos encontramos ante el testimonio de Bailey, un perro cuyo fin consiste en encontrarle el propósito a la vida en cada una de sus distintas reencarnaciones. Conforme se aventura, va descubriendo pequeñas piezas de este complicado rompecabezas que a su vez está ligado a los destinos de sus respectivos dueños.
No hace mucho el director Lasse Hallstrom nos destrozó el corazón con Hachi, por lo que teniendo en su currículo a Querido John y Safe Haven, era de esperarse el mismo sentimentalismo en cada una de las distintas historias mostradas. Sin embargo, la catarsis carece de peso ante la ausencia de un constante protagonista.
Si no fuese por Josh Gad, esta adaptación no hubiese funcionado. El detalle en sí rodean a los múltiples renacimientos ya que sabemos de antemano que no es el fin para nuestro fiel amigo, aquí la clave yace en los actores que pese a destacar al lado de su correspondiente mascota, su desarrollo es fugazmente básico.
Hasta eso las historias son agradables de ver y en cierta manera conmueven. No faltará quienes derramen una lágrima, en especial quienes cuentan con mascotas. Debo suponer que los guionistas se inspiraron en sus experiencias aunque contar con el respaldo directo del autor sirvió para mantenerse fiel a la esencia.
Hallstrom recurre al mismo proceso de edición, constantemente dinámica en cada uno de los encuadres y sobresaliente en su proyección considerando la nitidez de la imagen. Uno esperaba que la narración llegase a frustrar más no es el caso ya que los complementa con los diálogos de los actores y la expresividad física del perro.
Gad es el estrella, insisto, y de la misma forma en que nos cautivó como el hombre de nieve en Frozen, lo hace en las distintas identidades de este canino. Podría decirse que las mejores escenas son al lado de Dennis Quaid, Britt Robertson y K.J. Apa. Sin descartar a John Ortiz ya que su rol como el oficial Carlos fue estable pese a no contar con un respaldo biográfico.
Honestamente no hay mucho por comentar a excepción del asunto controversial que la rodeó aunque no fue de gran impacto en víspera de haber conseguido una apertura saludable en la Taquilla. Inclusive está por superar su presupuesto de $ 22 millones convirtiéndola en un éxito moderado tal como merecerlo serlo.
La adaptación tenía mucho en su contra y de alguna forma logró consolidarse como una buena producción, quizás cercana a Marley y Yo. Para cualquier dueño de mascotas, es inevitable no sentirse atraído hasta el grado de conmoverse por sus cimientos sólidos. Además, sí te gusta meditar sobre el sentido de la vida, esta es una perspectiva que podría interesarte.
-Sotosaurio Borgia Quinctilius II