Michael Bublé: Tour 148. Carisma musical.



El jueves pasado tuve la oportunidad de asistir a Cinépolis Perisur aquí en la CDMX a apreciar un concierto muy particular: la gira #148 de Michael Bublé. Por razones diversas hasta ahora es que tengo el tiempo para platicarte un poco al respecto, y explicar por qué agrego un tema musical en mi sitio web: fue difundida en el cine. Con eso basta. 

A la música de Bublé no he entrado de manera formal, sin embargo, he llegado a ubicarlo por ser su música una de las favoritas de ciertos allegados. De ahí que al menos lo ubique. Cuando la gira comenzó con una entrevista, en las palabras que Bublé expresaba noté honestidad, pasión y madurez, entender lo que significa construir un negocio, una pasión y que vivas de ello, es un asunto importante, pues si no sientes interés por ello, te puede consumir y desbalancear tu vida. Es por eso al escuchar -y observar- a Michael hablar del porqué canta para la gente es verdaderamente halagador, profundo y conmovedor, acto seguido, te dan ganas de comprar todo sus discos y regocijarte en su enorme talento; teniendo siempre el arte como un medio de expresión (al menos aquí), es sencillamente algo encomiable. 

La película, auspiciada por Warner Brothers, nos presenta una vicisitud de eventos entre algunos de los conciertos que el cantante dio, y el proceso de cómo se produce esta clase de festividades musicales, porque vamos ¡es un concierto!, me acuerdo que cuando asistí al de Jesse & Joy hace como dos años o poco más en el Auditorio Nacional, la dupla musical se las ingenió para convertir la noche en algo memorable. Algo muy semejante pasó este jueves con la película de Bublé; él se las arregla, con actitud, humor, carisma y sencillez, para capturar el corazón de las personas. Se nota que le gusta cantar, como a mí escribir. 

Quienes tuvieron oportunidad de asistir a su película, seguro acabaron como yo: maravillados por la profundidad de este cantante. Alivianado, te hace reír, es simpático, es abierto al público, aprecia a sus fans, no se rinde, da siempre lo mejor, se toma el tiempo necesario para preparar sus canciones y siempre está sonriente. Definitivamente será un cantante que rompa límites, rebase fronteras y logre volverse un icono (hay un chiste sobre esto en la cinta, ¡fue genial!). Quizá el único mínimo PERO que le pondría, no a él, sino al departamento de sonido o edición (o ambos) sería que al principio, cuando comienza a cantar, no se le entiende mucho lo que quiere decir. Más adelante no hay problema, porque nos adaptamos a su estilo y disfrutamos del evento, pero al inicio sí pega. Y si de veredictos habláramos, pues...

2 comentarios:

  1. No he tenido la oportunidad de asistir a un concierto de Michael (michel) Bublé en la vida, y con la honestidad pateándome las costillas, tampoco estoy muy familiarizado con su trayectoria, no así su estilo. Bublé viene de una vieja escuela de cantantes de jazz, carismáticos y con un cuidado vocal con paralelismos operísticos —en cuanto a la disciplina se refiere—, hasta se le ha comparado con Tony Bennet y Frank Sinatra por ese porte que llena el escenario sin nada más que su voz.
    Sí, viene respaldado por una orquesta que proyecta temás clásicos del jazz a nivel tema de James Bond, pero sin su aporte vocal se pueden perder en lo que molestamente se le dice 'música de elevador'.

    No estoy seguro si la experiencia en vivo y la de una pantalla —aún IMAX y toda la cosa— se puedan equiparar, pero me queda claro que ha de haber sido una velada encantadora.

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    1. Lo fue; una experiencia realmente grata, aunque mis conocimientos musicales sean realmente escasos. La disfruté.

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