En
México parte de nuestra identidad nacional la conforma el turismo. Sin este
elemento, del que incluso se han hecho infinidad de carreras en múltiples
ciudades, habría poca posibilidad de
lograr una mezcla entre naciones, entre culturas. El turismo, aunque ha sido difundido en muchos lugares, conlleva un status que no debe ser
ignorado.
El turismo, en su base, permite a
quien lo explora, conocer partes del mundo, de lo que tiene “más
allá de la frontera”. Es verdad también que el turismo ha sabido manifestar con
acierto las riquezas de cualquier cultura, siendo la nuestra una de notable
envergadura. De este modo es emocionante pensar que nuestro país puede siempre
contribuir al fortalecimiento y el avance cultural.
Dicho esto, es importante señalar
que es especialmente nuestra riqueza histórica la que, a través de diversos
monumentos de esta índole, podemos ofrecer al público, nativo y extranjero, una gran variedad
de elementos históricos, visuales, novedosos que propicien un acercamiento más
sólido y más profundo a nuestra nación.
La palabra turismo, es vital añadir,
proviene del vocablo inglés tourism,
que rápidamente alude a la interacción global mediante viajes. Así como el
turismo invita al “espectador” a recorrer con asombro y entusiasmo cada rincón
del mundo que pueda interesarle, también hace hincapié en retomar y aportar su
propia identidad, como individuo, como pueblo, como nación y como ser humano.
No debe faltar el que el turismo
siempre se ve beneficiado por el incremento en el uso de los idiomas.
Este elemento cultural resulta ser de los más valiosos e importantes para
quienes visitan un país o incluso un pueblo desconocido. El arte de conservar
lenguas.
El siempre considerar dichas
características humanas es imprescindible a la hora de compartir algo, porque
se trata de ofrecer, de intercambiar pero nunca sustituir ni olvidar. Incluso
podría pensarse en este “proceso” como algo complicado de realizar, pero no es
así. Es por esto que en las universidades ya se implementa desde hace algunos
años la educación y la dedicación al turismo de forma profesional. No se trata
solamente de realizar viajes sin ningún propósito, sino de levantar el
entusiasmo por la vida, por la manifestación y el reconocimiento de ideas que
una a las culturas de todo el mundo.
En las universidades los programas
para esta carrera en especial están pensados como una oportunidad de expandir
este “universo de posibilidades”, de tal forma que sea sencillo y enriquecedor
contribuir a ello. Así mismo, en las escuelas donde esto se imparte pueden
darse herramientas específicas, como la enseñanza de distintos tipos de turismo
que apoyen su correcta diversificación en la cultura, fortaleciendo, de paso,
lo grandiosa que es la historia humana, en su pasado y su presente, como puedo
serlo también en su futuro.
Pero ¿cuáles son esos tipos de
turismo? De la misma manera en que las culturas pueden compartir sus idiomas,
también hay compatibilidad al adquirir productos que correspondan a un aspecto
específico del país que se visita, se puede viajar por medidas de salud, aun
cuando aquí parezca más una necesidad que una oportunidad para conocer; también
está, muy presente, el poder visitar sitios arqueológicos, enfoque muy usado en
las películas; los sitios arqueológicos representan una excelente manera de
explorar el pasado de otras culturas, conocer a sus antepasados y lo que
aportaron a las naciones que loa turistas contemplan hoy día.
Así, también podemos contar con el
turismo que se basa firmemente en la exploración de sitios de aventura, como
pueblos, selvas, montañas, entre otros sitios. Esto puede servir por igual a la
recomendación, entre las personas, para que se animen a explorar nuevos sitios
y así el interés por viajar crezca; el turismo funciona perfectamente de esta
manera, aunque no sea la única.
Entonces, entre los tipos de turismo
se tienen muchas oportunidades. Y en general la idea de expandir el negocio, el
trabajo y el empleo son muy recurrentes hoy día. Eso también suele apoyar y
acrecentar el deseo de conocer otros países. En los últimos cinco años, puedo
decir, se ha incrementado, a manera de incentivo, el deseo de conocer los otros
continentes, para así tener más conciencia, conocimiento y experiencia de
aquello que nos rodea.
Pero así como está el turismo
arqueológico, también contamos con su “contraparte”, el turismo que promueve
los avances científicos. Éste es un aspecto del turismo, además de valioso,
sumamente necesario. Sin la posibilidad de viajar para lograr evolucionar la
ciencia ¿cómo habríamos podido crecer como raza humana? Es algo importante
tanto para los científicos en sus labores diarias como para nosotros como
sociedad el tener acceso a dichos recursos que optimicen esas “áreas
culturales”.
Y aunque pueda no pensarse o
considerarse, también está el turismo que promueve el desarrollo religioso. Sin
esto, parte de la arqueología quedaría vacía, pues ésta, la historia y la
religión están íntimamente unidas, para gusto o disgusto de los demás.
Con todo, el turismo es valioso. Sin
él no habría manera de conocernos como entidades, de crecer como individuos y,
sobretodo, de entender las circunstancias sociales, políticas e históricas de
cada nación, de cada país y de todo tipo de personas alrededor del mundo. El
turismo es la (o “una”) oportunidad de crecer como seres humanos, de apoyarnos
continuamente y de crecer como sociedad, al vincularnos con los demás tanto en
sus intereses como en sus problemas, metas y propósitos.
Y la oportunidad de contribuir a
este ámbito educativo está presente siempre en todas partes. Aquí en la Ciudad
de México, por ejemplo, siempre hay personas dispuestas a “alimentar” el deseo
de conocer otros países a través de promociones en plazas, bancos y sitios de
internet, situación que puede ser realmente interesante y benéfica; además, el
hecho de que el turismo se haya adicionado a las escuelas y ya se maneje como
carrera profesional, no el único aunque sea algo realmente maravilloso. También
el turismo está fomentado a través del desempeño académico, del esfuerzo
personal por superarse y crecer; eso representa un acierto para el mejoramiento
de cada uno de nosotros en un esfuerzo por ir más allá de las fronteras.
Con todo, y como he dicho antes, el
turismo es valioso e importante como promoción cultural en el mundo.
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