Un entretenido relato sobre esa fuerza que todos llevamos dentro.
De vuelta con los revisionados (ahora puntuales) toca el turno a una película por la que llegué vía recomendación. Y aunque al principio me mostré escéptico, terminé seducido por la propuesta que ahora ocupa, misma que se auto-impone el reto de no elegir la vía fácil, sino que por medio de meticulosas escenas y nociones que potencian la imagen, llega una película dirigida por el español Juan Carlos Fresnadillo y que, estelarizada por Millie Bobby Brown, seguramente cosechará un modesto boca-en-boca. ¡Iniciamos!
Esta propuesta —llamada Damsel— es una historia de intenciones que combina elementos fantásticos moviéndose al margen del reciente empoderamiento femenino sin caer en excesos, malinterpretaciones sociales o premisas subyacentes que debiliten el discurso frontal (Barbie), por lo tanto, la historia está suficientemente bien equilibrada en sus valores de guion, aunque también es cierto que no todo el elenco goza del mismo tiempo en pantalla y eso tiene su porqué. Como es natural, cada personaje sirve su propósito en la historia, ostenta una motivación y recala en los momentos necesarios. Por esto, era de esperarse que el peso principal recayera en Millie Bobby Brown (Eleven en Stranger Things), quien sostiene la trama con buen esfuerzo y resultado. Eso es de admirarse. Más que nada porque si la quito a ella, el conjunto podría pecar de muchas cosas y, buena noticia, Damsel tiene la virtud de entrever los obstáculos en su trama, de venerar el universo mitológico al que apela y de jugar deliciosamente con el suspenso (amén del diseño de producción y efectos visuales mediante los que se apoya).
Antes de seguir con esta revisión, pues toca el reconocimiento obligado y que a estas alturas es evidente: Damsel, como propuesta, me gustó. Sin ser una cinta destacada, tiene los suficientes elementos narrativos para sobrepasar la media en un tono muy similar a De Amor y Monstruos (también de NETFLIX). Disfrutar este viaje es como tener un rompecabezas que anuncia un gran premio, pero antes me invita a recorrer un laberinto que paulatinamente revela sus peligros. Y en el proceso me haré de herramientas. Con Damsel tengo las piezas correctas dispuestas de tal forma que el resultado es entretenidamente satisfactorio, y esto se debe a algunos factores/motivos. Para empezar porque detrás de cámaras la protagonista es también productora ejecutiva y su desempeño en pantalla se nota trabajado.
Esto hace que el guion utilice más de 15 minutos para mostrar a sus protagonistas sin revelarme mucho, luego escupirme el clásico de "princesa y príncipe" se casan y, "¡MATANGA!" DIJO LA CHANGA, empieza la verdadera trama, naturaleza, acción trepidante y entonces lo que parece ser un clásico y mundano cuento de hadas se convierte en un inesperado recorrido por la supervivencia. Y lo mejor es que Bobby Brown construye un personaje de matices inesperados, una "princesa" que forzada a sobrevivir ha tenido que recurrir a su ingenio y capacidades para no morir en el intento. Damsel es, quitando la forma, el ingrediente perfecto para darle la vuelta a la complacencia y los manerismos sociales sin caer en redudancias y elementos inservibles o melifluos.
Y es que el hecho de encontrar las metáforas visuales referentes a supervivencia y determinación, en cualquier otra cinta, marcaría un desgaste narrativo, pero pese a todo, Millie Bobby Brown se desempeña bastante bien y logra trasmitir la angustia, el coraje, la vulnerabilidad y el poder humano que surgen cuando la crisis toca a la puerta. Todo esto sobre la superficie es lo que mantiene la atención en cada una de las escenas, pero cuando los "giros de tuerca" (con comillas porque más que giros son regresiones o flashbacks que, orgánicamente, no tenían la misión de contar lo que evidentemente estropearía el ritmo de los acontecimientos, y una vez conocidos, todo el panorama se transforma y ya que A + B = C, puess yo como espectador puedo opinar solamente un poco) comienzan a aparecer, las condiciones cambian y la famosa dicotomía de motivaciones estilo "Buenos vs. Malos" se reacomoda.
Por esta razón ciertos diálogos tienen más peso en las escenas emocionalmente fuertes y buscan justamente clavar la metáfora en mí como espectador (aunque confieso que ciertos gráficos me provocaron náuseas, son detalles que no desmeritan el producto final; todo es visualmente deslumbrante), cumpliendo dicho cometido. Puntos adicionales y a favor logran el diseño de personajes, vestuario y de sonido (la voz del dragón interpretado por Shohreh Aghdashloo refleja elegancia, sabiduría, eternidad y un auto-conocimiento devastador, además de la capacidad para «leer» a los demás personajes), no así el trabajo psicológico en personajes que DEBERÍAN haber tenido un peso mayor acorde a su "posición" en el guion o por la falta de trabajo/ausencia de un trasfondo que lo rellene y explique, pero no hay tal.
Y por eso la cinta no llega a la perfección dentro de las normas que su universo establece. Esto me lleva a apuntar (sin destripar nada de la historia) que la muerte de cierto personaje me pareció anticlimática, pues en ningún momento el guion le da un trasfondo apropiado al porqué le ocurre eso —hay una sospecha, sí, pero nada contundente— y todo parece inútil al momento. Sumado a esto está la construción bidimensional de la reina Isabelle (Robin Wright), que se titula como la verdadera villana de la historia, pero nunca goza del peso necesario o de una motivación que justifique su comportamiento egoísta. Sólo es mala porque sí y quiere hacer su santa voluntad, no importa por encima de quién pase. Yo creo que es por esta falta de consistencia narrativa que la trama opta por hacer justicia a los personajes de un modo ligeramente cursi sin ser muy azucarado, pero imponente y (eso sí) emocionante cuando llega el momento de la verdad. Ahí es cuando la cinta es íntegramente consistente con los arcos emocionales que abundan alrededor, con cada personaje. Unos aceptando su destino, otros resistiéndolo... y Damsel termina con su final feliz (bendita pantalla verde con efectos especiales que me "deslumbra" con un Sol allá en el horizonte) y la promesa de un mundo mejor basado en el perdón y en el olvido de atrocidades por ignorancia, no por maldad pura.
Así que... ¿me gustó? Sí, claro. Está por encima del promedio, mantiene un discurso y un enfoque principal, casi todo cae en su lugar a pesar de los puntos flacos, pero definitivamente es la clase de propuesta, "no para ver un domingo sin nada que hacer", sino para verla un sábado de disfrute, entretenimiento y algo de provecho.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario