Una secuela que, a pesar de flaquear en moralejas ya conocidas, entrega una historia que sin duda es divertida.
Tipo de artículo:
Crítica.
Después de una primera parte divertida, la secuela es... lo mismo. Diversión que puede pasar sin pena ni gloria si reconocemos en ella los estereotipos de los que cada personaje toma cuchara para hacer valer sus diálogos y acciones. Si paso esto por alto —que casi lo hice—, La Vida Secreta de tus mascotas 2 es un viaje de diversión que toca, tergiversa y repite moralejas sobre los lazos familiares, sobre las creencias personales y la importancia de lo que somos frente al mundo que nos rodea. Todas estas premisas, muy potentes en papel, terminan por convertirse en escenas/secuencias muy definidas nutridas principalmente por los giros de tuerca o Plot Twist, que son pocos pero efectivos para el continuo impulso de los protagonistas ante sus diversos obstáculos.
El tierno conejito cabrón de la primera entrega es ahora un conejo con complejo de súperhéroe, sumamente divertido, tierno y que se lleva la mitad de la película (si considero —no me linches por favor— como atinada la interpretación de Eugenio Derbez). Esto es bueno... o malo, mucho depende de lo que busques. Yo entré a ver la película porque la primera me gustó; los avances previos al estreno parecían mostrar un concepto ya visto previamente: el lazo entre el hijo pequeño y el can que termina encariñándose con él y que hará lo imposible para garantizar su seguridad ante un mundo de miedo, peligros y más. Entonces yo me pregunto: ¿qué otros caminos narrativos le quedan a una premisa que ya no tiene más frescura? ¿Es esta cinta un intento más de explotación monetaria o realmente tiene un porqué?
Y contrario a lo que podía pensar, la cinta no explora completamente la relación de Max (el perro) con el infante, principalmente porque La Vida Secreta de tus Mascotas 2 comete un error de desarrollado poco agradecido: dividir la trama en tres mini-historias: Max y el niño en un entorno rural, Snowball y sus deseos de convertirse en un héroe; la perrita Gidget a la que Max asigna la importante tarea de cuidar su más preciado objeto y que Gidget termina perdiendo, motivo que desencadena escenas muy hilarantes. Pero este es el punto: no está mal la división, pero definitivamente no pienso en La Vida Secreta de tus mascotas 2 como una cinta unitaria, salvo porque la trama del tigre secundario con un dueño abusivo las unifica rumbo al final...
El tierno conejito cabrón de la primera entrega es ahora un conejo con complejo de súperhéroe, sumamente divertido, tierno y que se lleva la mitad de la película (si considero —no me linches por favor— como atinada la interpretación de Eugenio Derbez). Esto es bueno... o malo, mucho depende de lo que busques. Yo entré a ver la película porque la primera me gustó; los avances previos al estreno parecían mostrar un concepto ya visto previamente: el lazo entre el hijo pequeño y el can que termina encariñándose con él y que hará lo imposible para garantizar su seguridad ante un mundo de miedo, peligros y más. Entonces yo me pregunto: ¿qué otros caminos narrativos le quedan a una premisa que ya no tiene más frescura? ¿Es esta cinta un intento más de explotación monetaria o realmente tiene un porqué?
Y contrario a lo que podía pensar, la cinta no explora completamente la relación de Max (el perro) con el infante, principalmente porque La Vida Secreta de tus Mascotas 2 comete un error de desarrollado poco agradecido: dividir la trama en tres mini-historias: Max y el niño en un entorno rural, Snowball y sus deseos de convertirse en un héroe; la perrita Gidget a la que Max asigna la importante tarea de cuidar su más preciado objeto y que Gidget termina perdiendo, motivo que desencadena escenas muy hilarantes. Pero este es el punto: no está mal la división, pero definitivamente no pienso en La Vida Secreta de tus mascotas 2 como una cinta unitaria, salvo porque la trama del tigre secundario con un dueño abusivo las unifica rumbo al final...
Snowball y sus peleas con un chango, más Gidget y su propia misión representan el elemento más divertido de toda la película, algo que aprecio mucho entre tanta historia con excesiva carga de evidente pretensión aforística. Si a ello le sumo personajes que rezuman estereotipos, pues...; Max y Duke rescatando al infante o conociendo un entorno nuevo es algo entretenido y con un reflejo crítico sobre la condición humana, agregándole realismo al antropomorfismo visto en la primera entrega. Pero si quitamos los nuevos elementos, los chistes y la reinvención de personajes, la secuela tiene risas que aportar, pero muy poco contenido. Me queda desear que, si viene la tercera entrega, hubiera un equilibrio más marcado entre sub-tramas, personajes y giros de tuerca.
Conclusión:
La Vida Secreta de tus mascotas 2 es una apuesta muy divertida, que tiene el error de sacar moralejas demasiado obvias en una historia de perros que ya he visto antes.
Conclusión:
La Vida Secreta de tus mascotas 2 es una apuesta muy divertida, que tiene el error de sacar moralejas demasiado obvias en una historia de perros que ya he visto antes.
“Tierno conejito cabrón” 😂😂😂😂. Pero yo coincido en que el trabajo de Eugenio Derbez es muy bueno. Es comediante y eso le sale bien. Para mí fue muy agradable haber dividido la película en tres partes, creo que eso le dió más emoción, porque a mí la
ResponderBorrarprimer parte me resultó sumamente aburrida. Lo
que no me gustó del final, es la ilógica solución que le dan al problema de conseguirle un hogar al tigre.