La chica del tren. Cuando pensabas que el crimen no podía ser más irracional.

Recuerdo cuando vi a Emily Blunt compartiendo créditos con Matt Damon en Los agentes del destino (Dir. Nolfi, 2011). En aquella cinta, sentí a Blunt como anillo al dedo en una película que combinaba la fantasía, el amor, la aventura y la moraleja sin dejar de ofrecer un producto a la altura de sus expectativas. Para esta ocasión, y por obvias razones, no he tenido acercamiento con la novela en que esta película se basa, pero llama la atención al leer y escuchar en diversos sitios que el apego al material original es bastante acertado. Y eso es algo que me agrada sobremanera cuando de adaptar novelas al cine se trata. 

Quiero comenzar por alabar el buen trabajo de Emily Blunt en esta película, al ser ella el personaje central en todo el drama de suspense en que se desarrolla esta historia. Blunt, relativamente, es una actriz comprometida, y aquí como Rachel, cumple en su papel. Como breve sinopsis te platico lo siguiente: Rachel es una mujer que solía tener una vida completa: esposo, trabajo y salud, hasta que aparentemente su problema con el alcohol destroza su existencia. Ahora, como distracción, toma un tren todos los días para poder observar a la que considera la pareja perfecta llena de amor. Todo cambia cuando presencia un amorío y su mundo, a pesar de sus problemas, da un giro con todo y la gente que la rodea. 

En el elenco aparece la efectiva -y hermosa- Rebecca Ferguson, a quien recordamos por su más reciente participación en la última entrega de Misión: Imposible. Ferguson es eficiente, es puntual, y es creíble. Ella aquí interpreta a una mujer a Anna, envidiada por la vida que lleva, con esposo y bebé creciendo. Conoce, además, a la bellísima Megan (Haley Bennett) como un personaje catalizador en todo el drama. Como en series familiares al estilo Mujeres desesperadas, esta es una cinta de suspense donde el crimen es el primer objetivo a desentrañar para entender la vida. ¿Quién es el/la culpable? ¿Por qué? ¿Cuándo? ¿Cómo? 

Tres mujeres hermosas, una victimaria, una víctima negativa y la otra víctima en todas sus letras. Tres hombres. Mismos papeles. ¿Quién se esconde y por qué? Repito: no he leído la novela fuente, pero si la película se basa fielmente en él, es claro que la construcción narrativa se torna compleja por momentos, para que al final entiendas que no todo es lo que parece, y como la cinta lo acusa, es más fácil aprovecharse de quien no está en sus "cinco sentidos", o no tiene completo dominio de sus facultades, que simplemente confesar el crimen cometido. Por el lado masculino tenemos a Luke Evans y Justin Theroux como las contrapartes de las imponentes figuras femeninas. 

Desde luego el conocimiento está en manos de aquellos que leyeron la novela, pero como opinión imparcial, la historia vale. Es un thriller que en lo sutil encuentra su poder, su palabra y su palanca para obligarte a prestar atención. Las actuaciones son espectaculares, demostrando que la psicopatía puede estar donde menos lo imaginas, se torna un poco intensa en sus escenas sexuales, así como en los flasbacks, pero creo que peca, y no sé si la novela también, en la elaboración del crimen: la chica bonita que todos quieren y nadie tiene completamente. Y como nadie la tiene, pues al demonio se fue... 
Una cinta muy humana en este sentido.