Crítica a Dirty Grandpa

Entretenida y exagerada, la nueva cinta de Robert De Niro goza de un elenco recurrente.

Robert De Niro es un actor que, tenemos claro, sabe meterse en sus personajes y sacar lo mejor de ellos. En esta comedia, Mi abuelo es un peligro (Dirty Grandpa) el personaje que ofrece recuerda por momentos al visto en The Big Wedding (Dir. Justin Zackham, 2013). Ya desde aquélla nos puede dar la impresión de que su interés por participar en filmes de calidad no es el mismo. Entonces yo me pregunto: Después de tantas películas ¿no deberíamos perdonárselo?

Al lado de Zack Efron protagoniza esta comedia sobre un abuelo que recién enviudó y que quiere vivir su vida al estilo adolescente. Aquí es cuando, como se puede predecir, los papeles entre ambos personajes se "intercambian".

En general la cinta es divertida, y entretiene tanto por las situaciones que presenta como por el elenco del que goza, pero también está llena de diálogos escatológicos que muchas veces le dan aires de humor gringo dejándola en "una más del montón", incluyendo algunos personajes verdaderamente absurdos que sólo entorpecen la narrativa central en su punto "serio".

Si bien es palpable la química entre Efron y De Niro, además de ser quienes se llevan el peso de la película, lo cierto es que el filme cuenta, para su beneficio, con la participación de Zoey Deutch (Academia de Vampiros, 2014) y con Julianne Hough, quien en su tiempo en pantalla logra delinearse perfectamente en el estereotipo de la mujer imponente. En las pocas participaciones tenemos a Dermont Mulroney (¿alguien se acuerda de La boda de mi mejor amigo?) como el papá de Jason (Efron). 

Llena de bromas típicas del humor americano y con momentos de "mucho decir y poco hacer", Mi abuelo es un peligro brinda un entretenimiento aceptable y un elenco llamativo, aunque desde luego le sobran situaciones  cuya deseable omisión pudieron haberla aligerado. Aun así, es buena opción para pasar el rato.