Frozen: Una aventura congelada, le da un giro a los cuentos de hadas.
¿Por dónde comenzar? Creo que es simple: La película me gustó, y bastante. Si bien lleva ese toque de comicidad propio de las películas infantiles, no deja de sorprender, a mi parecer, por la simplicidad que caracteriza sus moralejas. Y es que es justamente ésa la hermosa paradoja: la literatura no implica una moral-eja, sino la enseñanza de que la vida es LIBERTAD.
Entrando de lleno, como aspecto propio de la época, la tecnología me sorprende con cada película que veo, tanto real como animada. La historia es BUENA, llena de aventuras, y en éstas pues las lecciones que nos da la vida sobre la libertad de ser o no ser. Ana y Elsa, aunque personajes ficticios, están bien construidos. Si fueran reales, pienso que serían hermosas.
Tenemos los "polos opuestos" con ellas, si queremos pensarlas en términos de "blanco y negro". Ana, aventurera, alocada, alegre, divertida; no es que Elsa sea precisamente su opuesto en el sentido estricto del término, sino que su condición, su poder es lo que la OBLIGA a alienarse. Lo encontré interesante, porque pienso que la película se vale de excelentes metáforas para desarrollar a estos personajes dentro de ese ciclo llamado vida. Elsa no es solitaria, al menos yo no lo creo, sino por su temor de herir a los demás por su poder. Diría que es psicosomático ¿no?
De ahí la moraleja implícita de que expresar y sentir son partes esenciales de nuestra condición humana, porque, como dice un amigo, "No saber expresar sentimientos es tan malo como ser esclavo de ellos". ¡Vamos! No podemos guardarnos nada que deseemos expresar al prójimo; siempre sale al flote el temor a propasarnos con estas cuestiones. Elsa huye de la emoción, de la experiencia para no querer danar a sus seres queridos, lo cual es entendible hasta cierto punto.Por su parte, Ana es poco prudente, pues se deja llevar por la emoción del momento (impulso, en términos psicológicos), y la lección con ella es que debe, no dejar de vivir, pero sí de tomar decisiones precipitadas y comenzar a escoger oportunidades con el corazón.
Por su parte, OLAF me sacó increíbles carcajadas en cada escena, fue genial el personaje, muy conmovedor, carismático y chistoso (escena de la fogata dentro del castillo). La personificación del príncipe interesado sí puede verse como el "villano" de la historia, si aludimos a esta perspectiva de "blancos y negros", buenos y malos.
En lo que a la música respecto, sencillamente brillante, tanto el ritmo, el tono como la letra en sí misma. Es una película que vería incansablemente, sobretodo porque creo que habla muchísimo - y perfectamente bien enfocado - en el problema de las relaciones humanas actuales. Citamos "¿Te querías casar con un príncipe al que apenas conociste hoy?", repito: Éticamente, no podemos podemos valorar la situación en términos de "bueno o malo", aunque es película infantil y no puede adjudicársele estos factores valorativos; está exenta de estas faltas, pero en la vida real, es más simple y compleja la vida. En la vida real somos todo y nada simultáneamente, somos una mezcla de deseos, situaciones, pensamientos, acciones y mucho más. Justamente por estas consideraciones, es por lo que el personaje de Elsa resulta tan atractiva, porque entre más "elaborado", más complejo es un personaje más interesante se vuelve, y más psicología conlleva.
Notamos desde su primer momento que Ana se quedaría con el...¿campesino?, en vez del dichoso príncipe, porque la moraleja, en este contexto, es: "A una persona no se le juzga por su apariencia, sino por su corazón e inteligencia". Cierto, válido, equilibrado.
Finalmente, como dije al inicio, la película me encantó, pero la decisión social que toma Elsa al final, fue espectacular: Aprender a aceptarse a sí misma y dejar que los demás vean quién era ella, lección que se asemeja gradualmente a "Happy Feet 1", pero ése es OTRO punto.
Datos curiosos de Frozen I:
ResponderBorrar1. “Espera, ¿qué?” Esta, que es una de las frases favoritas del personaje de Anna, se añadió al guion de la película por gentileza de la actriz Kristen Bell.
2. Diversión pura. Los autores dieron finalmente con el personaje de Olaf cuando se preguntaron cómo pensaría un muñeco de nieve: por eso él es puro, simple, inocente. Su humor procede básicamente de su simpleza.
3. Muy sami. El personaje de Kristoff fue influenciado por el pueblo Sami, un grupo indígena del norte de Noruega, conocido por su pastoreo de renos, lo que explica por qué su mejor amigo es un reno llamado Sven. Al principio, los realizadores llamaron al reno Thor, pero luego cambiaron de idea por la popularidad que cobró el nombre en la compañía.
4. ¡Es un limón! El caballo de Hans, que impide que Anna caiga al agua antes de la coronación, se llama Sitron, que significa “limón” en noruego.
5. Detrás de Noruega. El director de arte Mike Giaimo y su equipo viajaron a Noruega para empaparse de la atmósfera del lugar e inspirarse en el paisaje para crear el reino de Arendelle. Para crear su castillo, visitaron el castillo medieval Akershus, en Oslo, y el palacio real Stiftsgården, en Trondheim, uno de los edificios de madera más grandes de Escandinavia. También realizaron excursiones por los fiordos Geirangerfjord y Sognefjord, un verdadero espectáculo noruego.
6. El Día del Reno. Los realizadores invitaron a un reno real a los Walt Disney Animation Studios para observar su constitución física y gestos, que luego caricaturizaron para dar vida a Sven. ¿Qué descubrieron? Una inesperada técnica para rascarse la oreja, usando sus patas traseras, como lo haría un perro. Además notaron que los renos son sorprendentemente veloces: un cachorro puede correr más rápido que un hombre, lo que explica por qué Kristoff confía en Sven cuando necesita llegar hasta Anna.
7. Una casa de hielo. La producción viajó a Quebec para servirse del Ice Hotel como fuente de inspiración para el palacio de hielo de Elsa. Si bien los artistas quedaron pasmados y se sintieron inspirados por la arquitectura de hielo, ninguno optó por pasar la noche en la gélida morada.
-Tacos al Pastor
Datos curiosos Frozen II:
ResponderBorrar8. Deja que nieve. Para perfeccionar la magia helada de Elsa, los realizadores convocaron al Dr. Thomas Painter, un científico del Jet Propulsion Laboratory de Pasadena, conocido como el “Dr. Nieve”, para adquirir mayores conocimientos sobre los copos de nieve a nivel molecular.
9. Eso suena bastante bien. Para sazonar el guion con palabras, acentos y frases noruegas, los realizadores convocaron a Jackson Crawford, quien enseña nórdico antiguo y mitología escandinava en la UCLA. La película además presenta un auténtico kulning noruego, un canto melódico de llamado al rebaño utilizado por los pastores en las montañas.
10. Extra especial. Una película animada promedio presenta efectos especiales en aproximadamente el 45% de sus tomas. Sin embargo, como la mayor parte de Frozen: Una Aventura Congelada transcurre en medio de una tormenta de invierno, y la nieve y el hielo son considerados efectos especiales, esta película puede ser considerada extra especial.
11. Es una larga historia… La escena en la que Elsa sale al balcón de su nuevo palacio de hielo tiene 218 fotogramas e incluye el fotograma que llevó más tiempo retocar en el estudio: ¡tomó más de 132 horas terminarlo!
12. Glamour noruego. El director de arte Mike Giamo combina la vestimenta popular tradicional noruega con el viejo estilo de Hollywood y una llamativa paleta de color para crear un aspecto único en el vestuario.
13. En busca de un estilo. Para dar con el look de Elsa después de que huye del reino, los realizadores invitaron a Danilo, el estilista de las celebridades, a los estudios de Burbank para que probara distintos peinados y capturara la nueva osadía de Elsa.
14. Todo rosa. El Rosemaling, un estilo de arte decorativo popular que atraviesa toda la historia de Noruega, aparece a lo largo de la película: en el vestuario, la arquitectura y la magia de Elsa.
15. ¡Talán, talán! Finalizadas las sesiones diarias de animación, los animadores se sentaban en un “banquillo” rojo y presentaban sus tomas a los directores para recibir sus comentarios. Si los directores estaban satisfechos, tocaban una campana de ¡aprobado! y todos aplaudían.
-Tacos al Pastor
Okay, acercamiento desde otra esquina: ya sea por exposición o por fresa o por marica, o qué sé yo, el punto es que durante años parte de mi tradición cinéfila ha tenido a Disney entre sus filas, excepto ese periodo horrible entre el 2002 y el 2009 que Pixar les comió el mercado por apostar a la marca y a lo “visual” en vez de atender la historia. Así que cuando Lasseter toma la batuta y reencausa con La Princesa y el Sapo esperaba un mejor resultado, la verdad y… a Disney le sigue costando mucho recuperar lo que les dio el renombre. Frozen no lo ha logrado (en taquilla tal vez sí) y personalmente no la encuentro interesante. “¡¿Por qué?! ¡¡Sacrilegio!!” Porque la extensión de más opciones mejor planteadas en técnica, desarrollo de personajes y de argumento, hacen que tales esfuerzos de fórmula palidezcan ante los artistas de ramo. El dos mil trece fue pobre en cuanto a la animación siendo Kaze Tachinu, O Menino e O Mundo y Kotonoha no Niwa las únicas realmente bien logradas del rubro. Ante esa falta de “material occidental” es claro que Frozen arrasa, no tiene competencia.
ResponderBorrar“¡¡Pero eso no explica por qué no te gusta!! ¡¡Hereje, sacrílego!! ¡¡Sacrilegio!!” ¿Te calmas? Mira, la historia se basa —ligeramente—en el cuento de La Reina de las Nieves de Hans Christian Andersen, y como ocurrió con La Sirenita, Disney le quitó el tenor sobrio y trágico y la atascó de azúcar, no es que me extrañe. Y así cómo ocurrió en el 89, la historia de las protagonistas femeninas representan un avance en el retrato social. Hasta ahí vamos bien… salvo que no hay profundidad. ¿De dónde vienen los poderes de Elsa? ¿Por qué si Christoff sabe tanto de la historia de las princesas no tiene más desarrollo? ¿Por qué Anna no tiene ninguna influencia mágica? ¿Quién estuvo al pie del cañón tanto tiempo desde la muerte de los monarcas? Hay demasiadas lagunas argumentales y el hecho de que la maldición de Elsa sólo dure un par de días empequeñece aún más la dimensión de la historia.
Eso sí, adoré a Sven (¿cómo es que un reno tiene más profundidad que las protagonistas juntas?) y a Hans. Christoff tiene sus momentos pero no tiene demasiada evolución, no como Elsa, digamos. Y Hans es un trabajo admirable, pues se trata de un villano al vapor, originalmente —como en el cuento de Andersen— Elsa sería la villana, cambiaron de decisión por la canción Let it Go, así es: le quitaron a un villano la oportunidad de un empowerment elocuente. “¡No podemos hacer eso! Hazla buena.” Así el cambio de estafetas logra un giro de tuerca brillante, pocas veces visto en películas animadas, y totalmente creíble.
Como espectáculo visual e introducción a la cultura escandinava funciona bien, pero si dejaran de pensar en canciones bonitas y trabajaran en la narrativa, podrían hacer cosas realmente maravillosas. Sigo sin entender cómo es que teniendo ahí a Pixar, sigan sin aprenderle.
Ya veremos en la secuela si en efecto se escucha la petición popular de su fandom y establecen a Elsa como la 1era princesa/reina lesbiana de Disney. #GiveElsaAGirlfriend
P.D.: Muy bien esos datos curiosos. Había dos que no me sabía.