Clint Eastwood demuestra su maestría en esta historia sobre un senil esposo y padre de familia que, intentando brindar apoyo, se sumerge en un empleo de encargo al estilo El transportador.
9.2
Tipo de artículo:
Crítica.
La filmografía de Clint Eastwood es extensa y legendaria. Yo he tenido la oportunidad de ver al menos 4 de sus cintas. De esas pocas, mi favorita es Gran Torino. Dicha historia, además de un drama absorbente, me llevó por un camino en el que la redención y protección por los lazos que formas en la vida son posibles sin que éstos se interpongan en los que ya tienes desde que eres joven. Bueno, Balazos y comentarios sociales sobre el racismo aparte.
En esta ocasión trae la historia de un veterano padre de familia que gusta de sembrar flores como actividad para ganarse la vida. Pronto entiende que su negocio ha sido rebasado por una época tecnológica donde los negocios son distintos. Escenas y diálogos veloces después, entiendo que es un padre de familia que pasó mucho tiempo fuera del hogar, creyendo que velaba por el techo que mantenía sin percatarse de que nunca le dio a sus seres queridos lo más importante: atención y afecto.
Así de simple y con mucha habilidad. Eastwood sabe crear historias con personajes entrañables y La Mula no es la excepción; con pocos diálogos o escenas yo, como espectador, entiendo la gravedad de la situación que plantea. Siempre sensible a la época que retrata y a los conflictos que persiguen a sus protagonistas, el creativo presenta aquí no solamente a un veterano en sus últimos intentos por acoplarse a un entorno desconocido para él —sin mencionar que lo logra—, sino que también inserta, con habilidad y un delicioso suspense que aumenta escena con escena, una subtrama sobre la DEA buscando el traslado de droga por diferentes puntos del país.
Como yo esperaría en una cinta de este gran director, pronto ambas tramas se conectan llegadas al clímax esperado; sin embargo, llegado el momento de "cruce" y revelación de cartas, éste es plano y bastante laxo. No obstante, lo más interesante es el juego en valor de guion que representan: una es, claramente, el ascenso "criminal" de un padre que no tiene nada que perder por proveer a su familia de las necesidades básicas, reconocido por su habilidad como conductor (incluso al final de su propia aventura), y otra es la historia de un agente especial intentando ser útil a la agencia para la que trabaja.
Son como tres las ocasiones en que el suspense se eleva exponencialmente por la cercanía del agente que busca atrapar al transportista y el conductor que no sabe que la policía lo persigue. También son varias las ocasiones en que el director se permite chispazos naturales, interesantes y brillantes de humor, empatizando conmigo como espectador con evidente resultado. Son instantes que yo agradezco, que relajan la tensión de lo que veo que el personaje enfrenta, pero simultáneamente, son instantes de reconciliación y auto-perdón.
El grado de calidad que el director le imprime a sus historias aquí no falta ni decepciona. El ritmo, la edición y la producción quizá estén un poco por debajo de lo acostumbrado, más por ofrecerme una historia de mucho fondo y grado que de algo hueco y despampanante que llegue a retumbar en términos de una posible mala calidad. Aun con sus pormenores, La Mula es, a pesar de sus similitudes narrativas con la saga El Transportador, una solvencia narrativa ejemplar que atrapa con carisma y sencillez, tomando aires y atmósferas de suspense, drama o acción.
Quizás mencionando que hay dos o tres momentos donde el director deja en clave de estilo (o sea, en su propia manera lo esclarece) comentarios sociales a la política, el racismo o incluso el narcotráfico, aquí valdría la pena mencionar que Eastwood no se distrae y continúa otorgándole la mirada analítica e inquisitiva a una realidad más preocupante, como es la estructura y organización del narco-tráfico, los Carteles de aquí la Ciudad de México o, más allá, la importancia de la familia. Algo que el cine y la TV han repetido infinidad de veces.
Cualquiera que sea el caso, y lo que esperes ver al pagar tu boleto por esta película, es seguro que no te decepcionará. Al contrario, te sumergirá en una historia bastante entrañable, humana, moderna y vetusta, pero que con estilo, elegancia y sensibilidad te hablará de los esfuerzos que un padre y esposo de familia hace al ver por los suyos aunque su vida le venga en ello.
Conclusión:
La Mula es, definitivamente, una cinta que te gustará por su tono ligero que combina, con evidente maestría, el humor, el drama, la crítica social, la vida humana, y los esfuerzos de un padre de familia por sobreponerse, pese a su "inocencia" con la tecnología, al mundo complicado y digital que tenemos hoy.
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